Fue la semana del “mereció ganar, pero no se pudo”. Claro que el merecer ganar te da un punto y ganar te da tres. Será que el merecimiento carece de sustancia mientras que los hechos son los que valen. Bueno, así fueron estos dos últimos partidos en casa. Dos empates que merecían victoria.

El Ciclón mostró un gran dominio de pelota y una posesión exagerada. Nostálgica emulación del Barzulgrana que proponía Pizzi, je. Pero quedó en esa propuesta, y se generó poco peligro. Esto sumado a que los goleadores no estuvieron iluminados para aprovechar esas pocas chances. Ojo, no es cosa de caerles a ellos, que buena respuesta están teniendo. La combinación juvenil Blandi y viejo-sabio Matos va a dar muchos frutos en San Lorenzo.

Pero cuando no liquidás los partidos suele pasar que terminás penando. Dolió mucho el empate por la Copa. Más aún cuando en la jugada inmediata anterior casi llegaba el 2-0. Nadie pensaba que la defensa tenía preparado el baldazo de agua fría para tirarle a todos los cuervos. Algo similar pasó el sábado aunque no hubo que lamentar jugarretas que acabaran con algún gol en contra.