De visitante y perdiendo uno a cero, el panorama para All Boys no era el mejor, pero dentro de esas circunstancias apareció el alma, casi como único recurso para lograr el empate. Dejando la vida en cada pelota, luchando como si se tratara más de un combate que de un partido de fútbol, jugándose el todo por el todo, llegó el gol, el desahogo, el grito desde adentro que nos da más esperanzas para seguir siendo de Primera.

Con poco fútbol, pero con exceso de actitud, All Boys demostró que a todo el que lo enfrente le va a presentar batalla, le a dar un dolor de cabeza y va a hacerlos transpirar más de la cuenta. Seguimos careciendo de peso ofensivo, de juego asociado, de presencia en el mediocampo para recuperar el balón y cometiendo errores infantiles en defensa. Si bien por momentos hubo algunas jugadas interesantes, y se mantuvo cierto orden, lejos estuvimos de generar peligro en el arco rival.

Tampoco es que Racing lo borró a All Boys, lo haya dominado o fuera mucho más. Dentro de una gran paridad se puede decir que el empate fue justo. Premio a RRDT, que acertó con los cambios jugándosela en ataque y castigó a un Mostaza Merlo mezquino que metió jugadores para cuidar la exigua ventaja cuando el juego no lo ameritaba, hecho por lo que le agradecemos al rubio DT el habernos facilitado las cosas.

El Albo tiene que seguir sumando puntos y este es el camino. Aunque sigamos lejos en lo futbolístico desde lo que un hincha pretende de su equipo, y dentro de un torneo parejo e irregular, se destaca el dejar todo, en cada cancha, en cada partido y en cada minuto de juego. Quizás esto parezca lejano en el tiempo, ya que pensamos hoy mismo en otro partido en casa y nada menos que con un rival directo para la lucha por seguir en la máxima categoría.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO