Si habrás festejado en el 96, cuando querían darnos la vuelta en la cara en nuestra cancha. ¿Qué me decís? ¿Te suena el Rulo? Sí, yo ya sé que vos también agarraste con fuerza ese último cabezazo del Pampa Sosa, estabas ahí, junto a Chiquito Bossio.
Imposible no recordar el último partido del Ruso Prátola en el 2001, esa victoria que lo dejó con 4 kilos de menos por transpirar la querida roja y blanca hasta el final, como marca la historia. ¿Y después? El 3 a 0 del verano te encontraba abrazado llorando con tu hermano en la tribuna cuando el Tano Piersimone lo levantaba en andas con la copa.
Si habrás delirado en la goleada de todos los tiempos, aquel 7 a 0 que quedará por siempre en los anales del fútbol. Ahí donde viste la voracidad de un león en estado puro mordiendo cada centímetro de la cancha con pasión, yendo por más a pesar de la gran diferencia, con el hambre de gloria como estandarte.
Si habrás sufrido en el 2007 cuando expulsaron a Caldera a los 3 minutos del primer tiempo. ¿Recordás? Dimos vuelta el partido y ganamos con 10 hombres bajo la lluvia con dos goles de Pavone. Y vos estabas ahí, junto a tus amigos, con la emoción de ver soldados defendiendo tu casaca como si fuera la guerra más importante del mundo.
¿Y en el 2008? Cuando pensabas que no existía forma de que el grupo demostrara más guapeza, aparecieron de nuevo, pero esta vez la conquista fue con 9. ¡Épico! El Chino se vistió de mago y con dos centros que fueron pases, habilitó al Lechuga que se elevó en las alturas como el mejor basquetbolista de la década.
Si habrás gritado el gol de Sánchez Prette en el 2009. Sí, el mismo día que le quisieron esconder las pelotas al rey del bidón. Te abrazaste con la tribuna entera, se te caían las lágrimas de la emoción, por la entrega, por el hecho de no claudicar jamás.
Si te habrás fascinado con aquel 3 a 0 que fue baile. Aquel que fue testigo del festejo de ella, de la Copa Libertadores de América. El día después de la muerte del padre de Sabella. Y viste como todos los jugadores iban a dedicarle los goles y entendiste una vez más lo que significa la familia pincharrata.
Si habrás alentado en aquel 2 a 0 en el 2011, aquel que se jugó sin público visitante. Desde tu casa, desde el bar, desde donde hayas estado. Aquel día que el Chavo se vistió de Bruja y habilitó a la Gata para que con un fierrazo cruzado enmudeciera a todo un estadio. Sí, solos contra todos, como a nosotros nos gusta.
¿Y? ¿Qué me decís? ¿Te acordás de todo? Ni me respondas, ya sé que te acordás. Imposbile olvidarse de tantas alegrías.
Por eso les digo a los pibes del club, a los que mamaron como cualquier hincha lo que es Estudiantes de La Plata. Se puede ganar, empatar o perder, en definitiva estamos hablando de fútbol. Pero nunca se puede negociar el sacrificio y la entrega. Por si todavía les queda alguna duda de cómo tienen que salir el domingo a la cancha, se pueden agarrar de cualquier partido de los que les hablo...
Así se juega un clásico, así se defienden los colores de nuestra escuela. El Chavo y la Bruja ya hicieron historia, ahora les toca a ustedes...
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - Dr. Bidón