Podría hacer la vieja analogía de la frazada corta: si te tapás los pies, no podés cubrirte la cabeza. Aplicada a la doble competencia, si te enfocás en un torneo, no podés pelear el otro. La temporada anterior de Martino desmiente totalmente esto; sumada a este torneo nuestro tan criticado porque es siempre peleado, y por eso mismo tildado de mediocre por muchos. Pero me estoy yendo del tema.
Es cierto que el plantel es corto, y no hay suplentes para todos los puestos. Por eso, este Newell’s no puede ser siempre el que todos queremos ver. El cansancio pesa, por más que haya jugadores que quieran estar todos los partidos, como Maxi o el Gringo. Por eso, a veces el equipo se lo ve desdibujado. Un Newell’s que no pudo con un rival hundido en los promedios, y al que le faltó viveza para no perder dos puntos contra los brasileños.
Lo que también se desdibuja de vez en cuando es la paciencia de la gente. Los mismos giles que un día se llenan la boca hablando del estilo con el que jugamos, después piden que hagan tiempo cuando faltan cinco minutos para que termine el partido. Ahí parecen perderse las enseñanzas de Martino. El Tata jamás le pediría a un tipo que se tire para hacer tiempo y aguantar un resultado. Sí nos faltó la inteligencia de dormir el partido, jugarla para los costados y dejar que los brazucas se gasten las gambas corriendo como locos. Pero bueno, con el diario del lunes es fácil hablar, ¿no?
Lo que sin embargo no se desdibuja es nuestro objetivo: la gloria. Aún hay esperanzas, aunque un poco lejanas, en todos los frentes. Tampoco se pierde la fe que les tengo a estos muchachos que dejan la vida por los colores.
ADELANTADO LEPROSO
@Fran_Cinelli