Cuando uno se adentra en los textos más acrisolados de la filosofía que nos han legado entrañables seres mitológicos del pensamiento, como Kant, Heggel, Habermas, es factible que halle en ese buceo infinito que es un ente -comprendiendo a “ente” como todo aquello que “es” por sí mismo, sin adentrarse en el debate de descartesiano- algunas premoniciones de la sulfuración no estática de la metonímica en la metahabilidad de Lionel Messi, que deslumbra y conmueve. Es decir: Messi es un jugador de la recalcadísima concha de la lora puta, un futbolista de la putísima madre que lo remil concha parió y les va a dejar a todos un buraco en el ojete que no se lo van a poder tapar ni con un plan de bacheo del sorete de Macri.
Sebastián Saja: “Banco a Mostaza, pero hay que demostrarlo en la cancha.”
Banco más a Hitler y Mengele que a Mostaza. En la cancha vamos a demostrar todo lo que podemos hacer: voltear un técnico que pesa más de 100 kilos. Queremos que se vuelva a tomar sol en la terraza de membrana de su casa. No hay chances de ganar un solo partido. Los pendejos se la pasan jugando al candy crush en los celulares, el Tano Ortiz no agarra ni los chistes de los Rebos, y Camoranesi hace y deshace la cama de la habitación como practicando algo. Mostaza tiene menos banca que De la Rua en el 2001. No queremos un DT con el cráneo sulfatado por la tintura y el sol. Prefiriría que nos dirija el Diego y Carlitos Fren.
Carlos Bilardo: “El Mundial es bravo, Brasil es el peor lugar para la Selección.”
Tenemos menos chances de salir campeones en Brasil 2014 que el avión malayo de perder a las escondidas. El Mundial es jodido como la mismísima mierda, es mucho más fácil ir a combatir a Ucrania con un escarbadientes y dos tenedores descartables que jugar contra los brasileños en cualquiera de esos estadios gigantes, donde además todo el mundo reza para que vos pierdas, como si tener a Romero de titular no fuera suficiente. No vamos a parar de sufrir.
Lucas Pratto, por el buen andar del equipo en la Libertadores: “No hay que volverse locos.”
Ya nos sentimos campeones, el resto de los equipos se la pueden autochupar bien chupada porque la Libertadores 2014 tiene dueño y se llama Vélez Sarsfield. Vamos a ganar la Copa y cuando la traigamos a Argentina nos van a recibir los treinta y nueve plateístas que siempre nos bancaron, y hasta tenemos una idea original: vamos a dejar que todos se saquen una selfie con la Copa, para el fotolog.
Fernando Cavenaghi: “Me parece increíble que se lo discuta a Ramón Díaz.”
Podrá tener un hijo más boludo que Marley. Podrá tener menos ganas de laburar que D’Elia. Si no tiene un plantel con Francescoli, Aimar, Crespo y Ortega no sale campeón ni que Lunati le regale una docena de penales por fecha. ¿Pero cómo podés discutir a un tipo que ni siquiera puede coordinar 3 palabras seguidas para defenderse? Eso es más mala leche que Ruggeri encarando a Chilavert.
Bianchi a Martínez, dirigiendo la práctica: "¡Bien Juan Manuel!"
Estás más ausente que la nieve en el Caribe, pero por lo menos viniste a la práctica. Me hacés acordar al Burrito de antes, al que leía cuando era pibe en el libro “Platero y yo”. Seguí participando, nomás, como en las promociones de gaseosas amargas que tomás. Quizás si Gigliotti anda mal, si Riaño anda mal, si Acosta anda mal, si Riquelme anda mal, si Fragapane anda mal, y si el utilero anda mal, te de una chance más de jugar en primera así podes subir una foto en la Bombonera al twitter.
Berti, luego del empate en el final del partido por la Libertadores: "Fue una lástima".
Los de Gremio otra vez nos demostraron que tenemos el pecho helado. Me hubiese encantado que nos empaten en el último milisegundo, hubiese eyaculado en el instante, pero no fue posible. Ahora tenemos que ir a jugar a Uruguay a ver si podemos casi clasificar. Por suerte, contratamos a unos ingenieros nórdicos para perfeccionar la técnica del “pecheo leproso”, y llevaremos los bloques de hielo con piernas a través del Río de la Plata sin que se derritan. Un gran avance de la tecnología aplicada al fútbol, otro logro del Gran Ñuls que va a dejar helado al mundo científico.
