Todos los títulos estaban agotados: “Sajamos”, “Agasaja”, “Sajarrancho”, etc. Así, que opté por este “cuento chino” que va de la mano de los vaivenes académicos insertos en este magro fútbol nuestro de cada semana.
En la nota anterior escribí: “Algo podrido huele en Avellaneda y ya se elucubran variantes al respecto porque… ¿Se puede jugar tan mal o es adrede? Cualquiera de las dos opciones nos condena”. Y ahora afirmo: Ya tenemos la respuesta; juegan cuando quieren. O mejor dicho: juegan al cincuenta por ciento cuando la casa no está en orden. Cuando no cierran los números, cuando las transferencias se dilatan o pinchan o cuando tienen un pasaje en la mano pero el porcentaje no seduce al apoderado. Pero esto es un boomerang: Si juegan mucho tiempo mal, nadie los comprará.
Miren el “Uno x uno” de los distintos pasquines y compárenlo con el de NOB u otros peores. Observen las dudosas dudas de Saja frente a los rosarinos y compárenlo con el superhéroe del sábado ¿Es el mismo? ¡Dejémonos de joder! Tiraron del piolín de la salchicha pero la mostaza no se volcó ¡No seamos tan ilusos! Otro técnico se habría ido reputeado y el nuevo se regodearía con la frase “Técnico que debuta triunfa” o “Trabajé en lo anímico”.
Tampoco seamos tan ilusos de pensar que Corvalán puede ir a menos (es imposible jugar peor). Pero sí es evidente en los irregulares: De Paul, Zucculini, Saja, Villar, Hauche, por citar algunos. De todas maneras, para ganarle al pirata necesitamos de un combo promoción que incluyo suerte, impericia ajena, arbitraje correcto, dos penales (uno errado), dos actuaciones superlativas y el resto aprobado. Y para tomar apunte: la actuación de Saveljich como lateral, la de Cabral como central, el regreso de Cahais a su lugar natural y la posición retrasada de Viola.
El futuro ya no pinta tan negro porque las “fichas” parece que se acomodaron. Pero… nunca se sabe. Quizá mañana nuestros impredecibles bipolares se levanten con alguna fungosis en el occipucio o Chatruc nos embargue la estatua de bronce porque Merlo todavía no le compró el reloj del tres a dos contra el pincha.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO