El partido del domingo fue solo una mala tarde, y así lo entendió la gloriosa gente Granate en La Fortaleza despidiendo al equipo con algarabía y aplausos. Y así lo entendí yo, porque tantas veces he reconocido la labor y capacidad del cuerpo técnico como también marcado errores, aunque jamás deje creer en “Ellos”.

Fue una semana rara, ver dos partidos seguidos sin que Lanús doblegue al rival es muy raro, y más aún perdiendo de local y con un abultado resultado, aunque el marcador sea lo menos preocupante. Preocupante sería que los rivales nos hayan encontrado la vuelta, o bien que el piberío granate no esté preparado para afrontar por sí solo el torneo local. Ojo, no pienso caerle a chicos que dejan todo en la cancha y solo tuvieron una mala tarde. Porque creo en Monteseirin, en Pasquini, en la técnica de Barrientos, en la magia de Junior y en la positiva reaparición de Bruno Vides. Un Bruno que más allá de las dos situaciones no convertidas, me dejó una imagen más que positiva.

Va a ser un semestre movido y más que complicado, seguramente se obtengan algunos resultados no esperados, pero debemos tener la cabeza fría y pensar en el gran trabajo hecho por este cuerpo técnico, el mismo que nos llevó a la gloria en la Sudamericana. Y lo que estoy pidiendo no es como se dice vulgarmente, dormirnos en los laureles. Estoy pidiendo paciencia y sobre todo tolerancia, tiempo para los más chicos. No pretendamos que cuando entre Vides desequilibre de la misma forma que Lautaro Acosta. Solamente eso pido, tiempo a los más chicos y los resultados positivos serán una consecuencia.

Se viene una semanita cargada con dos rivales que históricamente nos han costado más de la cuenta. En la historia reciente hemos roto ese maleficio con los de Liniers, pero aún no hemos ganado en El Ciudad de La Plata. Creo que ya es hora de volver de ese nefasto lugar con los tres puntos, por la memoria del “Zurdo”, asesinado por la policía bonaerense en ese maldito estadio.

Por lo menos así lo siento yo.