Vivimos una semana muy movida, con alegrías y sinsabores, con experiencias nuevas e increíbles que revolucionaron nuestro mundo, el de una ciudad por completo.

Suele decirse que los sueños son situaciones en las que se reprimen las cosas que afectan a nuestro inconsciente. Muchas veces tenemos sueños raros, algunos atormentadores pero también otros donde no queremos despertar jamás, porque al despertarte, no se vuelve más al mismo lugar.

Luego de haberle dado una paliza a Lanús en el Sur, la alegría se extendió e ilusionó nuestros corazones: vino el Boca de Bianchi a casa, y en Rafaela, se hizo historia de la grande.
Lo vivido el jueves tras haber superado al xeneize y escribir un capítulo histórico en la vida Celeste fue algo similar a ese sueño hermoso, el que creés demasiado perfecto para ser real, y del que no querés despertar nunca. La Crema siguió soñando, siguió durmiendo, y la realidad lo sacudió en la cama. Así, al darse cuenta de que la fantasía se perdía en el vacío, la maquinita de Newell’s lo despertó con el sueño hecho pedazos.

Y ahora quedó ahí, tirado en el piso, pero con los ojos abiertos. No queda otra que levantarse y seguir jugando a lo grande. ¡Dale Celeste!

Por lo menos así lo siento yo.

ADELANTADO CREMOSO - @ExequielMelano