La lucha será larga, eterna, difícil. Y All Boys va a dejar todo y mucho más para salir airoso de una situación complicada, tanto en lo institucional como en lo futbolístico. De más está decir que los jugadores dejaron todo: no se les puede reprochar nada en ese aspecto, pero también es cierto que hay mucho para trabajar y pulir en lo táctico y estratégico, ya que hay algunos que todavía están perdidos.
El equipo de RRDT estuvo prolijo y ordenado en el primer tiempo, fue poco inquietado, pero careció de profundidad, todo lo bueno que se hacía hasta tres cuartos de campo rival moría ahí, y no pudo nunca hacer pie en área ajena para hacer trabajar a Rulli.
Todo lo bueno de la primera mitad pareció olvidado en el segundo tiempo, donde Estudiantes - más a fuerza de voluntad que de fútbol bien jugado- fue metiendo de a poco al Albo contra su arco, aunque sin generar peligro, hasta que el partido se rompió de la única manera en la que podía suceder: a través de un error defensivo tras un rebote que vino de un lateral, que derivó en los pies de Carrillo, quien selló el único gol con el que terminaría el partido.
All Boys sintió el impacto y, como pudo, salió a tratar de lograr el empate. A veces abusó del pelotazo, otras del pase atrás, estuvo impreciso y no se le cayó ni una idea en ofensiva. Jamás logró juntar a los mediocampistas con los delanteros, aun cuando Estudiantes quedó con uno menos. Solo cuando el partido se moría inquietó al arquero pincha, quien en un par de oportunidades salvó lo que era el empate, que quizás por lo demostrado en los noventa minutos hubiese sido lo más justo. El Albo sufrió la ausencia de los atacantes titulares (Cámpora y Torassa), y los pibes chocaron con una defensa experimentada, fuerte y -por momentos – violenta.
Paralelamente a esto no hay que dejar pasar el momento para hablar de la pésima actuación del árbitro Merlos, que no está a la altura para dirigir un partido de Primera. Siempre lejos de la jugada, abusó del "siga, siga", aplicó muy mal la ley de ventaja y dejó pegar demasiado a Estudiantes, Shunke y Desábato (y más tarde Ré cuando ingresó) castigaron sin piedad a los pibes de All Boys -Calleri y Barbaro sobre todo- que hicieron lo que pudieron ante la ineptitud del juez, que parecía más de UFC que de fútbol.
Se viene una semana con dos partidos y la necesidad de sumar es muy grande, pero debe prevalecer la tranquilidad para lograr los objetivos y no caer en la deseperación.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO