NOVEDADES

25 febrero 2014

SIN MEDIO


25 febrero 2014

Retrocede cuatro casilleros. Pierde un turno, pasa la oportunidad. Si esto fuese un juego de tablero esas serían las caras que los dados nos hubieran mostrado. Lamentablemente no lo es. Si bien el fútbol es un juego, no está marcado por el azar. Y todo lo que sucede en el mismo tiene una causa y una consecuencia.

Todos los partidos del Millonario -hasta el pasado con Colón- habían dejado algo de positivo. Ratos de buen fútbol, movimientos interesantes, conexiones llamativas. Cada uno de los tres partidos anteriores había fabricado una suerte de ilusión para la cabeza del hincha. O por lo menos para mí.

Lamentablemente esta última fecha mostró la peor cara de River en el torneo. Las miserias de un equipo que se vio aplanado por un rival humilde con poco más que ganas y sacrificio. Posesión de más del 70%. ¿Qué hicimos con eso? Nada. Pocas veces supimos inquietar al rival, y eso es lo que más me preocupa. Cómo teniendo tanto la pelotita no supiste qué hacer con ella.

Cuesta hacer un análisis de cómo ese River que tanto ilusionaba en la primera fecha llegó a las sombras. A la preocupación de todos. Basta de la excusa del cansancio, todos juegan entre semana y la periodicidad no debería ser un problema en un equipo entrenado, dejemos un rato de escondernos en cuestiones extrafutbolísticas. Porque acá lo que cambió no fue otra cosa que el fútbol que mostramos.

Hubo rendimientos que cayeron, cierto. Hubo nombres que cambiaron, correcto. Pero la mayor diferencia estuvo, creo yo, en el sacrificio. Perdimos con dos equipos que no derrochan fútbol, pero son sacrificados. Y cuando ves tanto sacrificio de un lado empezás a ver que quizás en tu equipo está faltando. Porque si bien la generación que antes nombraba es necesaria para ganar, también es necesaria la otra parte, el correr los 90 minutos, el ir a todas como si fuera la última.

Sí, hermano. River decayó y mostró su lado flaco. Pero así como decayó en dos fechas puede levantar. No nos comamos el verso de las internas ni los conflictos, acá no hay cabaret. No hay un vestuario dividido, ni fuerzas opuestas, no compremos pescado podrido. Jugás bien y sos el Barsa, perdés dos partidos y sos el peor. Ahora resulta que la continuidad de todos está en duda y nadie en River se lleva bien. Lamentablemente éste es el periodismo que consumimos y fomentamos, el que nos cuenta lo que le conviene porque vende más.

A River le faltan medios para ponerse la pechera de candidato, cierto. Pero también es cierto que sobran los medios que quieren arruinarlo. Esto recién empieza.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MILLONARIO
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