Ante todo, disculpas. No era esta la crónica que tenía pensada escribir. De hecho, horas antes del partido estaba comunicado con amigos virtuales y coincidíamos en dos cosas: era una parada difícil y teníamos confianza en Brian Alemann… y su capacidad de mojar.

Pero bueno, nada de eso fue más que una expresión de deseo, en definitiva, como cada uno de los miles de tatengues de ley que reventaron hoy la cancha, o miraron por fútbol para casi todos, o radio, o Internet, o señal de humo. Todos esperanzados, hasta el último minuto, persiguiendo una pelota que hoy no quiso entrar. Y tratando den entender qué hizo el uruguayo que nos quedó. Dos pies para adelante antes de los 10, y a otra cosa. Frente a un equipo amarretisimo, que la embocó y se colgó del travesaño, y a otra cosa.

Poca cosa para tanta pasión desatada por el pueblo rojiblanco. Ese que no tiene nada más que esperanza para ofrendar. Encima, este fútbol para casi toda versión pre mundial, no da tiempo para nada. Ya digiero la derrota, y ya tenemos encima el viernes, donde el plato propuesto es tallarín, y enseguidita otro postre.

Vamos a seguir estando ahí, alentando como se debe. Otra manera, el pueblo de UNION no conoce de estar.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE -. ‏@adelantadoUnion