El partido fue todo por el lado emotivo, por la fuerza, por el desgaste físico, por las ganas y con escasez de buen fútbol. All Boys salió a buscarlo desde el arranque, golpeó rápido de la mano de Careaga y después se dedicó a cuidar la ventaja, a veces con la pelota y lejos de Cambiasso y otras tantas, por el contrario, aglutinando gente en el medio y la defensa. Con el correr del tiempo All Boys se metía más atrás y Olimpo avanzaba aunque sin generar peligro claro y concreto.
Sigue siendo notoria y preocupante la falta de profundidad y de peso ofensivo del equipo, que cuenta con Cámpora -como única cara conocida- y algunos interesantes chicos de las inferiores que todavía no están para definir un partido o ponerse el equipo al hombro cuando se necesita eso.
El resto de All Boys sigue fallando y está desequilibrado: Ladino no hace pie en la defensa, el chico Nehuén Paz y Casteglione son lo mejor de la última línea, pero les cuesta redondear una buena actuación a los dos juntos y Bustamante alterna buenas y malas. En el mediocampo Battión sigue sin responder, está lento, no es salida y el chileno Espinoza está lejos de ser ese que copaba el medio y se transformaba en figura, aunque siempre deja todo. Ahumada suma minutos pero se nota la falta de fútbol, mientras Cabrera también es una de cal y una de arena.
En esta irregularidad está All Boys, luchando por seguir fuera de la zona de descenso, tratando de volver a ser fuertes de local y sumar de visitantes siendo inteligentes. Pese a las dificultades enumeradas –salvo en el partido con Velez- All Boys demostró que va a dejar todo en la cancha, en cada partido y en cada minuto hasta que aseguren otro año más con el Albo en Primera.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
