En la Mouriño se escuchan muchas cosas. Algunas creativas como “corre que te alcanza el león”, el grito a Cazares mientras este iba corriendo con todo. “Como no va a agarrar al perro Chávez si vivía de cazar animales”, o el celebrado “Volvió Barrales, los ídolos siempre vuelven al club”, cuando el perro que había ingresado gambeteaba a jugadores, árbitros y personal del estadio. El día que el INADI ponga un agente en cualquier tribuna del fútbol argentino, vamos todos detenidos.
Pero también se escuchan algunas críticas, algunos consuelos y muchas cosas más. Peor es la platea, como cualquier platea en la Argentina. A veces un plateista, calvo con panza, contador público o municipal de toda la vida, que va con sus hijos, puede ser mucho más peligroso que un barra. En cualquier cancha pasa, eso es ley.
Bueno, vayamos netamente a la tribuna banfileña, mi estimado lector. Se perdió contra Sportivo Belgrano, 3-1 allá y 2-0 acá, un lacónico global de 5-1 en contra. Uno lo ve a este humilde equipo cordobés y piensa “no tiene una goma”, pero así y todo complica, y vaya cómo. Antes del partido, no faltaron los mufas que ya daban como descontado que le íbamos a sacar ocho puntos de diferencias al segundo. Banfield no jugó mal, tuvo diez situaciones netas de gol. Chávez sobró un mano a mano que era la llave del partido. Cuando la pelotita entra, Almeyda es Almeydola, es el mejor técnico de la Argentina. Cuando la pelotita no entra, Almeyda es Almeycevedo (por Eduardito Acevedo), un hijo de putas que rompe las pelotas con el fútbol ofensivo. Cuando la pelota entra, Chávez es la pantera negra de Banfield, cuando no la mete es el termo negro de Banfield. Así podría estar toda la tarde.
¿Esta mal ser exitista? No señor, para nada. Pero justicia señor, justicia. Si estamos primeros a cinco del segundo y a 50 años luz del tercero, es porque hubo muchos más aciertos que errores. No, no lo estoy defendiendo a Almeyda. Personalmente yo quería que Almeyda se fuera cuando empató su segundo partido. Pero de a poco el “pelado” me fue cerrando las cachas, hablando pronto y mal. Si, tiene razón, los cambios de ayer fueron extraños. El ingreso de Erviti por Yeri, o sacarlo a Noir. Sin “Tito” que pelea todas, Banfield es otro arriba. El rival que tuvimos en frente hizo un planteo acorde a sus limitaciones y le salió perfecto. Cuando atacaba, dejaba a tres o cuatro abajo defendiendo. Cuando defendía, defendía con una doble línea de cuatro.
Párrafo aparte para el árbitro, dejo pegar más que William Boo, discúlpeme, se me ha caído el documento. Almeyda en la conferencia de prensa le echo la culpa al perro, se lo vio bastante caliente por el ingreso del pichicho, ya que “enfrió” el partido. No sé si fue para tanto, si estábamos atacando pero no teníamos la profundidad de ataque, como cuando estaba Noir. Los jugadores se sintieron molestos seguramente, hubiesen preferido que en lugar de un perro, entre un gato, pero esos de dos patas.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TALADRO - @Yuainjaim