Con un plantel corto, diezmado, con falta de pago y con la imposibilidad de incorporar jugadores por una traba impuesta por los secuaces de Grondona, All Boys se las tiene que arreglar con lo que tiene y como puede, para mantener la categoría. Con este panorama Ricardo Rodríguez encaró el torneo para dar batalla y tratar de mantener la categoría. Qué lejos en el tiempo parece haber quedado la llegada de Falcioni para “darle un salto de calidad” al Albo. Pasaron seis meses apenas y hoy pagamos las consecuencias de ese y otros tantos errores dirigenciales.
En lo que respecta al partido del sábado quedó una sensación ambigua, un tanto dolorosa –porque estuvimos a minutos de llevarnos los 3 puntos – y un poco satisfactoria porque se logró sumar en una cancha muy difícil, con un equipo que respondió de a ratos. Además empezar sumando es algo altamente positivo por el panorama descripto anteriormente.
El partido ante Rafaela fue de trámite parejo, con un primer tiempo bastante malo donde jugaron más los nervios que los jugadores. Los pelotazos e imprecisiones dominaron la escena. El segundo tiempo fue totalmente opuesto, los nervios quedaron en el vestuario y salieron a jugar. All Boys de arranque lastimó y en la primera llegada profunda concretó. Ahí se rompió el partido y el equipo de RRDT siguió yendo al frente, buscando el arco rival, lejos de refugiarse para mantener la ventaja, pudo haber concretado nuevamente en más de una oportunidad.
All Boys perdonó a Rafaela y lo pagó caro. De a poco nos fuimos metiendo atrás, pero el local generaba pocas acciones de riesgo hasta que apareció una jugada de otro partido y con un golazo que dejó estéril la estirada de Cambiasso llegó la igualdad.
Pasó la primera final, quedan 18 más, no habrá partidos fáciles para All Boys, pero tampoco para los rivales.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO - @AllBoysFloresta
