Podría ser obsecuente, y decir que Bianchi va a solucionar todo. Que Román volverá la fecha que viene y se acabarán los problemas. Que Forlín será lo que alguna vez insinuó ser y formará una muralla con el Cata. Que con Perotti estamos salvados. Que el Burrito Martínez este año sí va a jugar bien. Que Sánchez Miño, Erbes, Insúa, Acosta y otros pibes del club van a explotar. Que Gago va a tener continuidad y se convertirá en el eje clave de este Boca. Que Gigliotti será el puma, el toro, el animal de área que tanto estábamos necesitando.
Pero prefiero ser equilibrado, como dice el manual bianchista, y pensar que queda mucho por mejorar, que hay un esquema que pulir, nombres por probar y posiciones por definir. Que no estamos tan mal ni tampoco estamos tan bien.
La inteligencia del Virrey, la astucia y los huevos de los jugadores, y la puta suerte que hace tanto no tenemos están por verse. Deberán pasar dos, tres o cuatro fechas. Será un tiempo prudente para que se perfile un equipo, una base de este Boca 2014 que hasta el momento es una incógnita.
Ya habrá tiempo para los halagos y para las críticas. Más adelante hablaremos de Zárate, Grana y Ledesma. Ya estudiaremos el 4-2-3-1, el 4-4-2, el 4-3-1-2 y la mar en coche. Ya nos ocuparemos de esta dirigencia que filtra abonos, entradas y ahora también contratos. Ya debatiremos sobre la Bombonera y las camisetas de colores.
Ahora que hablen esos putos periodistas buscando quilombos, yo me quedo en silencio para que Bianchi trabaje tranquilo. Ya no queda margen de error pero la fe en el DT está intacta. La pelota la tiene él y sus jugadores. Ahora tendrán que demostrar que salen a ganar, que quieren salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme
