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12 febrero 2014

MARADONA CHARLA CON DIOS


12 febrero 2014

Dios: ¡Quién es ahora! Justo que me quedé sin papel, será de Mí. Hola...

Maradona: Hola, ¿Dios?

Dios: Depende... si sos del Sindicato no, soy el jardinero.

Maradona: No soy del Sindicato, Señor.

Dios: Entonces sí, soy Dios. ¿Quién me…? Bancame un toque…

San Pedro, pasame un rollo de Elite de la puerta esa. No, esos son rollos de cocina. El otro, el que está al lado de la crema de afeitar. Sí, ése…

Bueno, ¿Quién me busca? ¿Qué andás necesitando?

Maradona: El Diez…

Dios: ¿Qué? ¿El 10? Sabía que eras del Sindicato. Por el 10% no arreglamos ni loco. En estas paritarias queremos mínimo el 30. Hablá con Noé, él se encarga del tema…

Maradona: Se está confundiendo. Habla el Diego...

Dios: Un diego es mucho. Vos arreglá el 30% y después hablamos para ver tu parte…

Maradona: No sé de qué habla, Señor. No soy del Sindicato, soy Diego Armando Maradona.

Dios: ¿Maradona? Al fin te encuentro. Dejá de decir que tenés la mano de Dios que acá en el Cielo se piensan que soy manco. Cada vez que armamos un picado me toman para la joda y me dicen Scioli.

Maradona: No es tan trágico, Señor. A mi me dicen Pelusa.

Dios: Y, debe ser porque estás todo el día durazno.

Maradona: ¿Qué dice? Yo ya dejé las drogas…

Dios: ¿Dónde? ¿En el cajón de la mesita de luz? ¿En algún florero? Avisá y te ayudo a buscarlas. ¿Quién te pasó mi número?

Maradona: El Chino Garcé. Me dijo que lo hiciste ir al Mundial…

Dios: Sí, se me complicó porque estaban todos los vuelos hasta la manija para ir a Johannesbourgh. Encontrarle hotel me costó un huevo también…

Maradona: Pero fue como parte del plantel de Argentina…

Dios: ¡¿Garcé fue al Mundial como jugador?! Yo ahí no tuve nada que ver… ¿A quién se le ocurre llevar a Garcé a un Mundial?

Maradona: ¡A mí! Pasa que era un gran jugador de truco y póker. Pero yo lo llamo por otra cosa. Tengo un problema...

Dios: Sí, decime pibe… ¿qué pasó? ¿Querés volver a la Selección? Yo en AFA no corto ni pincho. Tenés que hablar con Don Julio, y yo con Él no me meto.

Maradona: No, la Selección ya pasó para mí. El tema por el cual lo llamé es que… voy a ser papá otra vez.

Dios: ¿Papá otra vez? ¡Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?! Si seguís así, uno de cada cuatro habitantes del Cielo va a tener algún lazo con vos, Diego. ¡Aflojá!

Maradona: ¿Acaso Usted nunca tuvo un desliz?

Dios: Claro que sí, pero en mi época era distinto. No estaban Rial ni Ventura. Uno podía tomar sol desnudo en cualquier nube sin que te molestaran los paparazzis. Lo único que trascendió es lo de mi pibe con María Magdalena.

Maradona: Quisiera vivir en esos tiempos, le juro...

Dios: Y, era otra cosa. Antes no te jodía nadie. Con decirte que una vez tuve un quilombo con una que decía ser Virgen. Una especie de Wanda de la eternidad. ¡Zafé de pedo!

Maradona: Sí, sé de lo que habla. Mi vida estuvo plagada de excesos.

Dios: Te entiendo. A mí de pibe me cabía la joda, pero tuve tantos millones de años al pedo acá arriba que no me quedó otra que madurar. Ahora sólo me queda ser eternamente viejo.

Maradona: Pensé en ester…

Dios: ¡Pará! ¿Quién es Esther?¿Otro gato más? ¡Diego, ponete forro! Yo sé que la Iglesia no lo acepta, pero entre nosotros…

Maradona: Pensé en esterilizarme, señor. Pensé en hacerme una vasectomía.

Dios: ¿Te parece? ¡Pasaste más tiempo en un quirófano que Ricardo Fort! ¿No es más fácil hacerte gay? Con el Cani se daban buenos besos, con Guillote también...

Maradona: Fue por amistad… Con Guillote éramos como hermanos.

Dios: Claro, como Caín y Abel que terminaron a los bifes.

Maradona: Coppola se aprovechó de mí. Igual que Mancuso. Y un montón más.

Dios: Bueno, nene, pero también vos… con la papusa que tenías encima, aprovecharse de vos era más fácil que ganarle de cabeza a Buonanotte.

Maradona: Es la historia de mi vida. Todos se abusan.

Dios: No, esa es la historia del Vaticano. Tu historia empieza en Fiorito, en una villa, fue un regalo mío, enfrentar la adversidad, con afán de ganarte a cada paso la vida.

Maradona: Ah... esa canción del potro...

Dios: ¿Del Potro? No sabía que cantaba ¿Pechea en los recitales también?

Maradona: Rodrigo, señor, El potro Rodrigo. Hablemos de mi tema.

Dios: ¡Es que te hicieron tantos! El de Mano Negra, el de Santa Maradona, el de Charly, el de Juanse…

Maradona: Me refiero al tema de los hijos, ¡no quiero más pibes!

Dios: El otro día me llamó Pelé y me pidió exactamente lo contrario.

Maradona: A ese ni me lo nombre. Ese tipo es falso. Y me envidia.

Dios: ¡Es que vos sos Dios!

Maradona: ¿Quién? ¿Yo? ¿Dios no es usted?

Dios: También. Los dos. Y en cierto modo, Jesús también. Es largo de explicar. Digamos que Dios es Amor.

Maradona: ¿Ameal?

Dios: No, ese no. No importa. En un punto son todos hijos míos.

Maradona: A mí me pasa lo mismo, cada vez que se me acerca un pibe con una birome pienso que me va a sacar una muestra para hacerme el ADN.

Dios: Bueno, la diferencia es que yo ya sé que son míos, los hice a todos y cada uno.

Maradona: Debe estar fundido...

Dios: Ya me fundí hace rato, por eso me dedico a los milagros.

Maradona: Bueh, yo volví de la muerte varias veces. Como Lázzaro.

Dios: Lázzaro fue siempre un muerto. Apenas tuvo una rachita en Tigre, en el primer campeonato. Es un jugador de Gran DT.

Maradona: Hablo del que revivió su hijo. Bueh, ¿me va a ayudar?

Dios: Pero ¿hace falta que te recuerde el don que te di? ¿Y las veces que te salvé la vida? ¿Qué más querés?

Maradona: Sólo le pido ser estéril y que me perdonen la deuda con el fisco para poder volver a Italia.

Dios: ¡Vos no pedís nada, papá!

Maradona: ¡Espere… no me diga que usted también es mi hijo!

Dios: No, tranquilo. Yo soy huérfano. Igual, cuando vengas acá voy a poner candado en las bombachas. Necesito que haya vírgenes, es una cuestión de imagen.

Maradona: Bueno, señor. Gracias igual. Adios.

Dios: ¿A vos qué?

Maradona: No a mí, a usted, señor.

Dios: Ah, bueno, chau querido, Adios.

Maradona: ¿A usted qué?

Dios: No, a mí no, a vos, ¡hasta pronto!

Maradona: Ah, claro, será hasta pronto, si Dios quiere.

Dios: ¡Qué manía tenés de hablar en tercera persona, hijo!

Maradona: Pero hablaba de usted, no de mí.

Dios: Cierto, hombre, bueno, mejor la cortamos acá.

Dios: Listo, adios.

Maradona: ¿A mí o a usted?

Dios: ¡Basta, chau!
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