NOVEDADES

25 febrero 2014

MALA LECHE


25 febrero 2014

¿Puede ser? ¡Qué amargura hermano! La verdad es que no tengo explicación. Te puede pasar una vez, dos veces, ponele tres, pero siempre la misma cantinela? ¿Cómo mierda se explica? Voy a tratar de no caer en el tema del parasito sin personalidad que nos tocó de árbitro o en echarle la culpa a las piedras que aparecen en “las buenas”, ni siquiera voy a hacer foco en el miserable esquema de los jujeños, pero déjenme decirles que si bien creo que no es nada de eso, también creo que es todo eso...

La semana pasada, en este mismo espacio había escrito: “Huracán tiene la obligación de ganar el sábado que viene no solo para validar lo hecho en estos dos partidos, sino también para que haya servido de algo el esfuerzo realizado en Córdoba. De nada servirá haber ganado ayer si el próximo sábado no conseguimos los tres puntos”. La sensación es era la cuando en el tenis se quiebra un set, si no ganas el siguiente con su saque es lo mismo que nada.

Todo conducía hacia un único resultado y cualquier otra variante era, prácticamente, imposible, salvo que, claro está, hablemos de Huracán. El equipo venia en levantada, el juego que había mostrado en las dos primeras fechas –y el resultado-, nos había logrado ilusionar. Tanto que el número de hinchas que concurrieron al Ducó creció bastante, algunos hasta se animaron a juntarse un rato antes en la sede para ir a la cancha cantando en caravana. Por su parte, Gimnasia de Jujuy es el equipo más complicado con el descenso de los que dividen por tres torneos y venia de no sé cuantos partidos sin ganar de visitante. Como si eso fuera poco, los de arriba, los que aspiramos o aspirábamos alcanzar venían dejando puntos en el camino. Todo, todo, todo como para que Huracán consiga los tres puntos, consolide la racha y se ponga al acecho de los de arriba.

Sin embargo, otra vez me encuentro escribiendo sobre la “La gran Huracán”, esa maldita suerte que nos persigue hace ya mil setecientos cincuenta y nueve años.

Yo se que varios me van a decir que no se trata de suerte, que esto se explica hablando de fútbol. De una dudosa salida de Monzón y un jujeño que pareció por atrás de todos para cabecear la pelota. De un equipo que prácticamente regalo el primer tiempo, de la ineficacia de los jugadores desequilibrantes (Villafañes, Deferico y Martinez) para perforar la defensa, un Abila que cada vez que entró al área se tiró buscando engañar a un ciego, Toranzo que no encontró colocar la pelota salvadora y un equipo, que así y todo, estuvo todo un tiempo jugando alrededor del área rival, creando algunas pero sin poder romper la muralla planteada por el Lobo, que se alió con un infame árbitro que dejó hacer tiempo y pegar a discreción. Y si, puede ser que el frio análisis arroje eso, pero a mí, que querés que te diga, no me conforma.

Sabes lo que pasa. Vos, yo, tus viejos y los míos, todos los quemeros en general, ya vieron esta historia mil veces. Entonces qué culpa les puedo echar a estos muchachos que, sin dudarlo, han dejado todo. Yo, que siempre fui un gran escéptico de lo sobrenatural, ya no tengo dudas de que detrás de todo esto hay una especie de fuerza maligna. Todavía no me le animo al pastor, ni al crucifijo, pero hay algo que debe hacerse urgentemente para abandonar este trágico devenir quemero de una vez por todas.

Después de todo, por más esfuerzo que uno haga, con un poco de mala suerte todo se puede ir al carajo y en Huracán si algo puede salir mal, ya sabes cómo va a terminar…



Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO QUEMERO @1mtrQuemero
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