Hoy esa generación está, apareció, se laburó. Y tiene tres hombres que se la cargan a los hombros, el pibe Kranevitter, Manu Lanzini y Teo Gutiérrez. Y no es casualidad que estén en un nivel altísimo ni sean los tres puntos más altos de River: por ellos pasa el juego Millonario. Eso que nos sacó una sonrisa el primer partido y la primer parte del segundo fue, mayormente, gracias a ellos. Que se muestran, que la piden, que tocan de primera, que se sacrifican.
Lamentablemente y a diferencia del primer partido, hubo apellidos en River que no supieron estar al nivel de ellos tres, caso Carbonero, Ponzio y Cavenaghi. Y como no supieron estar en sintonía con los generadores, River tuvo cortocircuitos, momentos de poco fútbol, ratos donde la pasó mal.
Escenario complicadísimo, no les voy a mentir. Cualquier equipo añoraría ese punto que nos llevamos. Yo no. Por como se dieron las cosas. Loco, quiero salir campeón, arrancamos ganando y quiero salir campeón. Sé que se le puede pedir más al equipo y que el Millo puede mejorar, quiero todos los partidos como el primero. Sin gente fuera de sintonía.
La generación se vio y dependerá de la gente alrededor de los generadores mantenerla. De los niveles generales depende el nivel del equipo, tres apellidos no pueden hacer que un equipo de once juegue mejor. Vamos que vamos, todos sabemos qué queremos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MILLONARIO