Recién finalizó el partido y todavía estoy excitado por el triunfo. Sufrimos, como siempre, pero por suerte ya terminó, como se va a terminar mi excitación cuando encare a la patrona al grito “ganó el globo, hay que festejar”.

La verdad que fue durísimo el partido, uno esta tan curtido con la suerte del globo, que ya me veía vacunado por el gordo número 10 de ellos (que en vez de Francia parecía Rusia de lo ancho que era), pero esta vez no sucedió la típica. Increíblemente el línea le mal anuló el empate a los cordobeses.

La diferencia de este equipo con los anteriores de Huracán la veo en dos o tres puntos clave:

Primero, sabe lo que quiere y como conseguirlo. El globo va formando una identidad, su propio estilo y los triunfos sirven para que los jugadores se adopten y crean en ese estilo, en ese camino que propone el técnico. En el partido anterior, donde el globo fue sorprendido con un gol de Crucero del Norte, el equipo siguió buscando con sus mismas herramientas, con sus métodos, conseguir la igualdad y así lo logró, a pesar del cerrojo propuesto por su rival.

Ayer paso lo mismo, a Huracán le costó, pero finalmente logró imponer su juego y consiguió meter un golazo desde los pies de un pibe que levanto muchísimo su nivel como Villafañez.

La segunda cuestión, que es consecuencia de la anterior, y tienen que ver con la cantidad de situaciones de gol que genera el globo. Son varias chances por partido y no siempre por el mismo medio. Con el Pato Toranzo y Maty Deferico que le pegan de media distancia también se van animando a probar otros players. Hay jugadas colectivas, de varios toques, y arrebatos individuales. Hay solidaridad y una variante de dos o tres jugadores que llegan frecuentemente a posición de gol. Está claro que el globo busca permanentemente el arco rival, aunque a veces se le complica, sobre todo cuando el rival viene decidido al ataque, ya que la defensa todavía no está del todo consolidada. Todo esto sin contar las pelotas paradas, que mientras más atacas más posibilidades de tiros libres tenes cerca del área rival, aunque de momento creo que Huracán no supo sacar provecho.

En último lugar, e insisto con lo de la semana pasada, el nivel individual ha levantado muchísimo. En todas las líneas el globo está mejor, aun en la defensa que sigue siendo lo más flojo, se mejoro bastante. Los que más levantaron su nivel son Deferico, Villafañez y Mandarino, que sumados a los más regulares del plantel (Capurro, Caruso, Cuesta –o Villareal que lo reemplazo bien-) hacen interesantes circuitos de juego, sobre todo ahora que tenemos Toranzo cuya calidad y claridad eleva el fútbol de todo su entorno.

No obstante todo lo dicho, Huracán tiene la obligación de ganar el sábado que viene no solo para validar lo hecho en estos dos partidos, sino también para que haya servido de algo el esfuerzo realizado en córdoba. De nada servirá haber ganado ayer si el próximo sábado no conseguimos los tres puntos.

Ustedes me conocen, soy de ilusión fácil. A penas me mostras una intención yo ya me estoy sacando la ropa y si esa intención viene con hechos concretos, ya me voy enamorando. No les pido matrimonio, aunque si un compromiso; tampoco les pido que me prometan nada, solo espero que no me vuelvan a romper la ilusión.