Linda ocasión. Un buen partido para agarrar confianza propia y desinflar pretensiones ajenas. El primer partido en casa mostro al equipo concentrado y pareciéndose al campeón. Los primeros veinte minutos de gran vuelo. Y después estuvo el oficio para controlarlo. Esto es lo que Bauza debe buscar para su San Lorenzo. Control en la mitad de cancha y explosión arriba. Tiene que seguir afianzándose la defensa para lograr ese equipo compacto y sólido.
Despertó también Blandi. Se despertó de la siesta que trajo de la Boca y mojó por primera vez. Y qué lindo gol metió. Oportunidad y recursos técnicos para clavar el gol de los tres puntos. Si lo goleadores van de racha en racha, acá arrancó una parece ser.
Buffa, otro caso de reencuentros felices. Se reencontró con su mejor versión en su nuevo rol de lateral. Acertó todos los anticipos que venía errando ultimamente y desbordó con esos centros que le vimos tirar en su llegada a San Lorenzo.
Torrico se despabiló de su heroísmo de campeón y nos salvó de un injusto empate. Enormes atajadas para dejar en cero el arco contra, a priori, los grandes delanteros de Racing.
Así que el balance indica que el sábado hubo un despabile y, de nuevo, a agarrar el tren de la victoria. El respiro es poco en este semestre de hiperactividad. Espero que en los próximos días podamos decir que el Ciclón se levantó definitivamente, y de esta forma poder volver a soñar con los ojos abiertos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO
