Así estaba la gente, así estaban los dirigentes, así estaban los jugadores, así le iba al equipo.
Luego de la gran crisis que significó verle la cara al descenso y asimilar ese inolvidable golpe, las cosas, de a poco, comenzaron a acomodarse. Tanto se ubicaron que el Rojo culminó el 2013 en zona de ascenso directo y respirando calma.
Dejando de lado el amistoso verano, el inicio del 2014 va por el mismo sendero, con un agregado especial: Federico Insúa vino para asentar y solidificar no solo la estructura y brillo del juego, sino para afirmar nuestra historia y ADN como institución. Hacía mucho tiempo que Independiente no se parecía a Independiente.
Yo crecí entendiendo que son importantes las formas y el cómo, me crié con buen gusto futbolero y me parece determinante el nivel de juego más allá del resultado. Nunca me gustó ni me gustará el “ganar como sea”, frase que algunos empezaron a mirar con buenos ojos estando en la B.
Hoy el Rojo juega al fútbol y de esta forma quiero volver a Primera. El conjunto de Omar De Felippe ataca con muchos hombres asociándose (Pisano-Rolfi-Pocho-Parra) y prefiero eso antes que un aburrido 4-4-2 esperando un milagro o un córner para abrir el marcador.
Entonces a eso apunto, a la identidad. Claro que quiero ascender, desde ya, pero más quiero respetar a la historia y nunca, jamás, olvidarme quién soy.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
