Hacia 2014, el hábil delantero había quedado excluido del mundial de Brasil por decisión de Alejandro Sabella. Todo parecía indicar que tras el estrepitoso fracaso y la vuelta a casa en el segundo partido tras la goleada sufrida ante Irán, Tévez tendría una nueva chance con la celeste y blanca. Sin embargo, la asunción de Ricardo Caruso Lombardi como DT argentino no ayudó a Carlitos, que vio tapado su puesto por delanteros como Franco Jara, Denis Stracqualursi y Hernán Boyero. El mundial de Rusia en 2018 volvería a tener al “jugador del pueblo” como principal espectador televisivo.
En junio de 2019 Carlitos cumplió con su promesa de volver al club de sus amores. Su vuelta a Boca despertó la ilusión del pueblo boquense, pero el paso de Tévez por la institución no sería positivo. Juan Román Riquelme, que para esa altura ya había sido declarado “Emperador Xeneize”, mandó a decapitar a dos de los hijos de Tévez, provocando la huida del delantero.
Mientras tanto, en la Selección seguían pasando nombres de entrenadores. Serrucho en mano, Pizzi reemplazó a Caruso, pero cuando estaba a punto de firmar, una oferta para dirigir a la Selección de España lo hizo cambiar de parecer. Borghi y su novedoso 3-1-1-5 solamente duraron dos meses. La gota que rebalsó el vaso fue la convocatoria de Matías Caruzzo como central y capitán del equipo. El defensor jugó los cuatro amistosos de la gira por Groenlandia organizada por el respirador de Grondona, contabilizando seis penales, diecinueve llegadas tarde y un cabezazo que pasó muy cerca de la pelota.
El seleccionador elegido para llegar al Mundial de Qatar fue Osvaldo Ardiles, de reconocida trayectoria en Inglaterra, lo que había afinado sus modales y costumbres. Con Juan Sebastián Verón como ayudante de campo, Ardiles citaba a todos los jugadores a tomar el té a las 17 hs en Ezeiza para luego empezar las prácticas con un distendido fútbol-badmington.
El nuevo entrenador era un paladín de los buenos modales y la educación. No permitía que los jugadores escupieran ni insultasen, e instaba a los futbolistas a que cuando pidieran la pelota, dijeran “por favor”, y “gracias” luego de recibirla. Esto llevó a un clima de extremo respeto en el vestuario, que luego se tradujo en un excelente rendimiento deportivo. Para Ardiles, la buena imagen lo era todo, así que desafectó a Lavezzi, que todavía comía con la mano y eructaba cada vez que tomaba gaseosa cola.
Carlitos no lo dudó ni un segundo: era su chance de volver a vestir la celeste y blanca para jugar la Copa del Mundo de 2022, con nada menos que 38 años. A raíz de eso, decidió dejar de escuchar cumbia, tiró todos los CDs de Piola Vago y empezó a escuchar Dash Berlin y a Bruno Mars, entre otros artistas. También se volvió un habitué del Teatro Colón, dejando de concurrir a las peligrosas bailantas y comenzó a tomar Gin Tonic y Martini, abandonando los vinos de caja y la cerveza rebajada con Fanta.
Luego de arreglarse los dientes y el cuello, el Apache se convirtió en la cara de la prestigiosa Armani. Su triunfo en las pasarelas pudo haber provocado el promocionado affaire que vivió con la mujer de David Beckham. Tal vez para desmentir el escándalo, Carlitos lavó su imagen casándose con Norma Aleandro, a la vez que cambió su característico “eh, amigo” por un “disculpe, caballero” y su ya patentado “very difficult” por el “too much”.
Su perfil intelectual quedó develado cuando publicó un libro con Valdano sobre la influencia de los movimientos políticos y el capitalismo con intervención del Estado en la poesía y el 4-3-3. También era habitual ver a Carlitos tres veces por semana en el Buenos Aires Golf Club, así como se volvieron recurrentes sus almuerzos con Mirtha Legrand, una vez que el Apache pudo superar la embolia cerebral que tuvo en el primer programa, cuando intentó usar los ocho tenedores que exigía la alta alcurnia.
Desde 1mtrA celebramos que Sir Charles, como le gusta ser llamado entre sus íntimos, haya vuelto a la Selección, y deseamos que su nueva etapa esté plagada de logros, para alegría de la Nación Argentina toda.
ADELANTADO DEL TIEMPO