La jornada estuvo repleta de disturbios, y si preguntás, lo primero que te dicen es "fue por culpa de la yuta". Claro, seguro que el botellazo que le pegaron al árbitro, que de casualidad no le reventó la jeta, fue culpa de la policía. Y la cantidad indiscriminada de pirotecnia, las bengalas, las latas de humo en la tribuna y los colgados del alambrado, también son culpa de "la gorra". Que se rompa el alambrado e invada la cancha para robarles la ropa a los jugadores que tienen que salir corriendo y los despelotes habituales también, ¿no? Hay que echar menos culpa y entender un poco más que la gente basura se agarra de cualquier cosa para pudrir todo y victimizarse. Y sí, la policía que peca de inoperante también falló al tirar gas lacrimógeno cuando no iba. Por accidente o con intención, la cosa es que pasó en el peor clima posible. Y la "gente" no tuvo mejor idea que terminar de derrapar y simplificar al decir que todo se generó con eso. No nos hagamos los giles que la cosa ya venía picante desde mucho antes, hasta había habido un herido de arma blanca.

¿El partido? Ah, sí. 1 a 1. River era más claro para llegar, el gol lo hicimos nosotros, un expulsado dudoso para nuestro lado; tole tole, desconcentración, empate de la visita y dejar escapar por cuarta vez una victoria casi consumada de local. O sea, 8 puntos perdidos de manera estúpida. Encima eso, no entienden que siempre que la pudren con el partido en ventaja, lo empatan al regresar. Cuando se suspendió tanto tiempo, automáticamente supe que si seguía, nos iban a meter un gol. Clásico. 

Nos vamos al receso con campaña feísima. A ver si aprendemos. No, mentira. No aprendemos.

Por lo menos así lo siento yo.

ADELANTADO CERVECERO - http://twitter.com/adrian28qac