Una persona se convierte en héroe cuando realiza una hazaña extraordinaria y digna de elogio e imitación para la cultura de su lugar y tiempo, particularmente cuando para ello sacrifica o arriesga valerosamente su vida, mostrando gran valor y virtudes que se estiman dignas de imitación (solidaridad, empatía, generosidad), sobre todo para los jóvenes.
Si de héroes hablo, podría mencionar a Dylan Gissi. Fundamental en ésta levantada de Olimpo, fue muy inteligente cuando le tocó entrar y enseguida se ganó la confianza del técnico. Le tocó jugar en una posición en la cual no está acostumbrado y rindió con creces. Gana bien de abajo y es una bestia cuando salta para cabecear. No es ningún tonto cuando tiene que salir jugando y mandarse al ataque.
Podría mencionar también a Pablo Lugüercio, quien lleva la bandera del sacrificio. Que le demostró a todos sus compañeros cómo había que jugar. Que contagia a los muchachos y eso se transmite en la gente. Que lo ponen de delantero pero juega por toda la cancha, un todo terreno que corre hasta el cansancio, y eso basta para que se gane todos mis aplausos.
Podría mencionar a Champagne, su liderazgo y su humildad para hablar cuando nadie lo hace. Podría mencionar a dos pilares importantísimos como son Furios y Moiraghi. Decir que el “Titi” Villanueva tiene unos huevos grandes como una casa. Que Gil se bancó la semana enfermo, pero que llegó el lunes y se corrió la vida. Que Blanco y Musto cortan todo en el círculo central.
También podría mencionar a Cerutti. ¡Qué te puedo decir del “Pocho”! Que es el jugador distinto de Olimpo. Que cuando lo buscas por derecha, aparece por la izquierda. Que cuando la tira por un lado aparece del otro. Que marea a los rivales y se banca todos los golpes. Que lo tiran y el tipo se vuelve a levantar. Que es un jugador extraordinario. Que le agradezco por jugar en Olimpo.
Pero en realidad te quiero hablar de otro Héroe. Quizá vos no lo veas o no te des cuenta, porque su humildad es tan grande que no aspira a su grandeza personal sino a la de sus compañeros, y principalmente, a la de Olimpo. Sí, hablo de David Vega, el “Chori”. Que con sus 33 pirulos sigue siendo quien marca el camino de Olimpo, ya sea de titular o esperando su lugar entre los suplentes. Que no le pega a la pelota, sino que la acaricia. Que mete unos cambios de frente hermosos. Que se bancó los golpes de la vida y siguió calzándose la amarilla y negra. Que está persistentemente, y hace varios años, empujando desde atrás y para adelante... Sabiendo siempre desde donde viene, desde donde venimos y hacia dónde vamos.
Y se terminó el año bien, con cuatro partidos ganados consecutivamente y fuera del descenso. Terminamos contentos y tranquilos, pero sabiendo que para el 2014 hay que corregir muchísimas cosas.
Es tiempo de festejos y brindis: hagamos uno por nuestro querido Olimpo de Bahía. ¡Salud!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AURINEGRO - @joaquincamicia
