¿Sabés lo que fue ese día? Llegamos solos en un micro a Belo Horizonte, seríamos 50 más o menos. Recorrimos un rato la ciudad, pasamos por el hotel de los jugadores. Todo el día cruzándonos con gente de Curzeiro que decía que nos iba a hacer 3, 4 o 5 goles. Ya se creían campeones, tenían copas de cotillón, pancartas para celebrar el tricampeonato y todo lo que te imagines.
Cuando encaramos para la cancha, la situación tomó cada vez más vigor. Alrededor del estadio había miles y miles de personas locales, como si fuera un gran hormiguero azul dispuesto a seguir con el hostigamiento. Y otra vez las mismas palabras: "Hoy se comen 4, Cruzeiro tricampeón". Y nosotros, que íbamos cantando y golpeando el techo y las ventanas de aquel estropeado colectivo, los mirábamos. Fijo y a los ojos, los mirábamos como una manada de leones hambrientos observa los movimientos de su presa antes del mortífero ataque. Y sonreíamos, porque llevábamos en nuestros corazones uno de los mayores legados de Don Osvaldo: la humildad de los grandes.
Fue así, como te cuento. Y nos trajimos la Copa bancando el más hostil de los escenarios. Solos contra todos, como en Manchester, como marca la historia. Por eso te digo, nunca hay que hablar antes de tiempo. Las palabras son para los giles, en cambio los hechos son para los hombres. ¿Entendés ahora por qué no les tenés que dar bola? Andá a saber lo que le inculcan los infradotados de los padres. Pero vos sos distinto, sos más vivo, vos naciste pincha.
Y te digo más. Mañana vamos a ir juntos a ver el partido al bar de la otra cuadra. Sí, ése donde se juntan tus amigos cuervos a ver al equipo. Nos vamos a sentar respetuosamente, los vamos a mirar fijo y vamos a dejar que hablen. Porque si hay algo cierto en el fútbol es que nunca está dicha la última palabra. Y si quieren salir campeones que vengan, los vamos a estar esperando. Habrá que ver si tienen huevos para ganarle a Estudiantes de La Plata.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon