Cuando los limitaciones son excesivas, está claro que se necesita una cantidad de tiempo prudencial, tanto para trabajar como para observar resultados concretos.
Eso fue lo que aconteció con Omar De Felippe: se encontró con un plantel mediocre, carente de variantes, y precisó que pasen las semanas para abocarse a exprimir el grupo de jugadores que le dejaron y, de a poco, comenzar a dar frutos.
El propio entrenador declaró que hay que terminar el 2013 acechando la zona de ascenso y en 2014 desplegar el máximo potencial y regresar a primera división sin mayores dudas ni resquemores. Como anticipando que no iba a hacer milagros y que su labor reclamaba tiempo, paciencia.
Eso sí, es totalmente imprescindible que el hincha entienda que este Independiente es, como decía anteriormente, limitado. Más allá del juego que le pueda extraer De Felippe, a este equipo no le sobra nada y vamos a sufrir muchos más partidos de los que vamos a gozar con tranquilidad. Tengamos claro que habrá que alentar y ser pacientes con un plantel con más defectos que virtudes.
Párrafo aparte para el joven Marcelo Vidal, quien no ostenta una innumerable cantidad de condiciones pero en base a esfuerzo e inteligencia, logró quedarse con el puesto de volante central, que disputaba con dos incorporaciones (no refuerzos): Razzotti y Alderete.
Quizás, el caso de Vidal signifique una positiva alarma. Teniendo en cuenta el mediocre grupo que armó la comisión directiva, habrá que mirar a las inferiores y de allí obtener los recursos que no se pudieron sacar en el último mercado de pases.
En definitiva, el Rojo está bien, es clave comprender que no estará mucho mejor, pero nosotros alentaremos y ellos dejarán la vida por los colores, por esos colores que siempre terminan emocionándonos y poniéndonos orgullosos.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra