Por un lado, la duda, fiel compañera de la actualidad millonaria, acompañante de estos últimos años a lo largo de todas las campañas. Siempre ahí, cerquita, al pie del cañón. Esa duda nunca nos dejó en paz y es netamente responsabilidad nuestra. La mediocridad, los sinsabores, los interrogantes siempre tuvieron un responsable: River. Nosotros partido a partido tenemos la chance de echarla, tirarla, descartarla o simplemente seguir así, abrazados a ella, seguir sin convencer en cada paso que intentamos dar.

Del otro lado está la esperanza, lo que vemos allá, a lo lejos, al final del túnel oscuro. La esperanza que se fue alejando pero todavía está ahí y depende de nosotros aferrarnos a ella. Está en nuestras manos seguir peleando por una ilusión siempre presente en la cabeza millonaria.

Ahora es momento de elegir, ya no hay lugar para términos medios ni grises. Es ahora o nunca. Noventa minutos separan dos meses de ocio sin competitividad de seguir peleando por un frente que es posible, sumado a la clasificación de la próxima Libertadores. Optar por una u otra está en las manos –o piernas- de los once muchachos que salen a jugar mañana, y por eso me gustaría dejarles un mensaje.

Corran y metan, dejen todo. Es ahora. Este es el partido donde el campeón se agranda, el que muestra la personalidad, el que define todo. El que separa el coraje de la cobardía y saca a relucir el verdadero talento de cada uno. Sostienen la ilusión de sesenta mil almas que van a poner el marco para que ustedes se agranden y demuestren de qué estan hechos.

River, ahora o nunca. Todo o nada.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MILLONARIO - @Gaspar_L