Y hace cuatro partidos que el taladro no gana y el avispero ya se empieza a mover. Encima, un gran conocido de la casa como lo es Julio Cesar Falcioni colgó los guantes en All Boys. Condimentos necesarios para que esto se transforme en un volcán. Como bien dice un cortador de autos, vayamos por partes. En Banfield, por primera vez en mucho tiempo, hay un proyecto futbolístico con Almeyda a la cabeza. Los resultados acompañaban —por lo menos hasta hace cinco fechas— y más allá de este bajón, estamos segundos. Estamos “ahí” en un torneo de alta competitividad, donde cualquiera le puede ganar a cualquiera, salvo Ferro —como diría un amigo hincha de ese equipo— o Villa San Carlos. El resto le da pelea a cualquiera. En su momento se aprovechó el “viento de cola”, cosa que nos permitió afianzarnos en el primer puesto y que a pesar de tener este bajón nos deja segundos. El lote con el que se está “peleando” no es un lote de equipos que son “tradicionales” en eso de ascender. Son equipos que tarde o temprano se caerán, tal como indica la lógica de los últimos torneos.

Hoy por hoy estamos en una época en la que los proyectos futbolísticos son secundarios, solo priman los resultados. A menos que seas el Bayern Münich y a pesar de ganar todo traigas un nuevo entrenador —bueno, la contratación de Pep fue antes de que Heynckes gane todo, pero es otro tema—, hoy un equipo pierde tres partidos, empata el siguiente y el entrenador de turno vuela por los aires. Muchos hinchas de Banfield ya empezaron a “murmurar” con respecto a Almeyda y a Julio César Falcioni. Está bien, es muy comprensible teniendo en cuenta que del otro lado está el tipo que te sacó campeón. Pero ahora está laburando Almeyda, y mínimamente le está yendo bien. Voy a hacer algo que jamás en mi vida pensé que haría: defender a Almeyda. El “PEPlado” no vino con suficientes pergaminos —ascendió con un River que ascendía solo, por los apellidos que tenía en el plantel—, los primeros partidos fueron paupérrimos, y luego ya comenzado este torneo tampoco arrancó bien pero la remontó y nos puso en la cima del torneo hasta la fecha pasada que ganó el Dortmund de Varela. Hizo un buen laburo hasta ahora pero ojo, como diría el filósofo contemporáneo guaraní: “Tú no has ganado nada”. Pero va en camino, eh. Algo “raro” pasa con los jugadores, no están “matándose” como antes, se nota hasta cierta “pajerización” en la cancha. O bien se agrandaron, o pasa otra cosa: ¿premios, premios o premios?, y esto sí que no se le puede achacar a Almeyda. ¿Qué podés hacer si uno no te corre como antes o no pone los huevitos como antes? Sí, podés recagarlo a pedos, pero no lo vas a convencer de que cambia su actitud. Podés remplazarlo, pero hay que ver si tenés un recambio decente para ese tipo.

¿A quién no le gustaría verlo a Falcioni en el banco de nuevo? A mí particularmente me encantaría, pero ahora hay un tipo que está laburando medianamente bien y que, mal que mal, nos puso en los puestos de ascenso. Si Almeyda estuviese con este equipo penando en mitad de tabla, otro sería el cantar. Voleo en el orto y bienvenido Emperador a tu casa. Pero la cosa no es así. Algunos dirán: “OK ¿vamos a esperar a dar lástima nuevamente dejando escapar un nuevo ascenso?” Falcioni tampoco es “garantía” de ascenso eh, lo que hay que tener es paciencia y esperar a que Banfield retorne a la senda de la victoria. Lo mejor que le puede pasar a los banfileños es que a Almeyda le vaya bien, por ahora hay que esperar y tener paciencia. Algo que si le voy a cuestionar al pelado… ¿Qué pasa con Zarif que nunca entra?

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TALADRO - @Yuainjaim