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13 noviembre 2013

LA SEQUÍA DE RIVER PLATE


13 noviembre 2013

13 DE NOVIEMBRE DE 2021. El conjunto de Núñez volvió a batir el récord de menor cantidad de goles convertidos en torneos cortos. Ayer, el Millonario empató contra el poderoso Villa San Carlos del Tata Martino, y cerró su participación en el Torneo Inicial con tan solo tres goles a favor.

La sequía del equipo riverplatense viene desde 2013, cuando el equipo de Ramón terminó el campeonato con solo 10 goles a favor. La dupla Mora-Teo fue un fracaso, y en diciembre de aquel año ambos fueron echados de la institución. Teo terminó cantando vallenato en un pub del barrio de Once, y Mora encontró su destino en Cabo Polonio, donde se dedicó a vender pareos en la playa.

Al año siguiente, Ramón le pidió al flamante presidente de River, Carlos Saúl Menem, “un tipo que la meta”. El elegido, consensuado entre los dos riojanos más famosos, fue Justin Bieber. Las remeras “Justin River” y las máscaras fueron furor en ventas, aunque el joven resultó un fracaso como futbolista. En el primer partido se retiró de la cancha a los quince minutos alegando malestar estomacal, pero el control antidóping reveló que había consumido 7 kilos de cocaína, 15 cigarrillos de marihuana, 2 paquetes de soda cáustica y 1 Poett Lavanda.

En 2015, ante el problema de la falta de goles, Carlos Menem propuso traer a un cordobés experto en convertir. Su nombre de pila era Domingo. La nueva incorporación desarrolló un “plan de convertibilidad”, basado en transformar el peso en un dólar y un dólar en un gol. El Ogro Fabbianni, Carlos Luna y hasta el Chiqui Pérez se autocandidateron para jugar en el Millo. En una conferencia de prensa, Cavallo tuvo que salir a aclarar que cuando hablaba de “peso”, hacía referencia a la moneda nacional, y no a la masa corporal de los jugadores. El plan fue un fiasco, y Cavallo volvió al Harvard Football Club, equipo del que nunca debió haber salido.

Ya sin su mano derecha, Carlos Menem rediseñó el plan de convertibilidad, y decidió repatriar algún delantero con pasado rendidor en el club. Ante la trigésima novena negativa de Crespo, Saviola, Cruz, Alexis Sánchez, Juan Pablo Ángel, Alberto García Aspe, Fonseca y Luigi Villalba, el que aceptó volver a Nuñez fue nada más y nada menos que Rogelio Gabriel Funes Mori. La movida en las redes sociales no se hizo esperar: agrupaciones de todo el mundo River conminaron a hinchas y socios a un masivo corte de testículos en Udaondo y Figueroa Alcorta. Sin embargo, el Mellizo sorprendió con la experiencia adquirida en Europa, y fue el goleador de River de ese semestre, con dos anotaciones.

Luego de haber contratado a un ex ministro de economía y a un delantero con capacidades de gol diferentes, los dirigentes llegaron a la conclusión de que el reemplazante debía ser un tipo más avispado. Todos los cañones apuntaban a repatriar a Francescoli, lo que causaría un golpe de efecto en los hinchas. Pero los sesenta años del Príncipe, su demencia senil temprana y, sobre todo, su reuma, dificultaron la firma del contrato, dejando trunco el pase.

En 2019, unas fraudulentas elecciones dejaron al mando del club al ex periodista, Julio Ricardo. Jotaerre estaba dispuesto a escuchar a la gente, que pedía desesperada el regreso del rey David. El flamante presidente no dudó un segundo y concretó el pase de Nalbandián a la institución de Núñez. La nueva estrella reunía varias de las cualidades de viejas figuras del Millonario: la panza de Fabbiani, la puntería de Funes Mori, las ojeras de Francescoli, las lesiones de Gallardo y la caravana del Burrito Ortega. La performance de Nalbandián en River no fue muy auspiciosa: 47 errores no forzados, 20 doble faltas y tan solo 1 gol.

Preocupada por no haber sido del todo clara con la dirigencia, la hinchada reclamó a Trezeguet. El elegido para vestir la 9 del Millo fue Gastón, el ex Gran Hermano. Enseguida logró dar vuelta el vestuario, generando un clima inédito entre futbolistas que entrenaban 2 horas y se pasaban las 8 siguientes dejando caer el jabón en la ducha. Con la llegada de Gastón, todos los jugadores de River empezaron a meterla, aunque no precisamente en el arco.

Pero en lo que a goles respecta, la sequía millonaria parece no tener fin. Desde Un Metro Adelantado esperamos que se acabe la mala racha, y que la lluvia de maíz se transforme pronto en una tormenta de goles.

ADELANTADO DEL TIEMPO
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