¿Cómo pasar de la angustia a la esperanza en menos de un día? Ni idea, preguntémosle a la defensa del Ciclón, a Piatti y al grupete de equipos escoltas. Entre ellos se encargaron de darnos a los cuervos un agite sentimental digno de fin de semana largo.
Un partido dura tanto como para permitir que el volante de Rafaela esté diez minutos preparando el centro y que un 2-0 de aparente irreversibilidad se vuelva un 2-2 por la guapeza de un jugador con estirpe de crack. Y una fecha no alcanza para bajar al Ciclón de la punta. Punto. Si no bastan los méritos propios, bienvenidas las incapacidades ajenas. Los rosarinos se olvidaron que además de la derrota y el empate, existe un resultado más, los soldados del Virrey siguen pidiendo la baja médica de a uno para volver a su país, y los de Ramón perdieron camino con su derrota con Caruso en la Paternal (quizás fue el torneo pasado pero es el humo que no me deja ver).
Quedan dos partidos y pretender que la defensa del equipo sea sólida a esta altura ya resulta inoportuno. Es lo que hay. Mientras sigan apareciendo los muchachos de arriba para meterla, vamos a andar bien. Análisis tácticos, posicionales, estratégicos quedan al margen y la espera de la pretemporada. Ahora hay que liquidar arriba y no ser tán boludos abajo. Con eso alcanza en este futbol argentino.
Viene otra semana más con San Lorenzo solo en la punta. Esperando por Estudiantes en casa para ganar y despejar el camino. Y un lunes feriado para estar tranquilos, reponer energías, poner Intrusos y descubrir que murió Ricky Fort y meditar sobre la fragilidad de la vida.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO