El panorama no podía ser más duro, desolador de cara al choque contra otro necesitado, como es Gimnasia. En estas circunstancias jugó All Boys, que tenía que ganar o ganar, no había otra opción, y All Boys apareció.
En un partido luchado, sufrido, trabado, peleado, batallado hasta el final, fue All Boys el que prevaleció y se llevó tres puntos, que significan mucho más que eso: fue un desahogo total, absoluto, una mezcla de emoción, alegría y bronca contenida que explotó y se descargó por completo con el gol de Torassa que significó el 2-1 final cuando faltaba muy poco para que el partido terminara.
En lo futbolístico sigue habiendo carencias, fallas graves, falta de ideas, un déficit al que Falcioni no le encuentra la vuelta. Pero esta vez apareció el alma, los huevos que tanto se pedían y no todos ponían, y de esa manera, más el aliento incansable e incondicional de los hinchas del Albo, se logró la tan ansiada victoria.
Espero que este sea el punto de partida para una remontada y no un oasis en el desierto, seguimos necesitando puntos, los jugadores y el DT parecen haberlo entendido y sería primordial para darle un poco más de aire a todo Floresta seguir sumando de a tres.
El triunfo no debe tapar lo que está pasando en All Boys, no debe cegarnos y no debemos olvidarnos de la realidad que estamos viviendo. Los problemas económicos explotaron y algo se rompió entre los dirigentes y los jugadores. Todos debemos tirar para el mismo lado, y querer lo mejor para nuestro club. Lo que sucedió esta semana no debe volver a repetirse si realmente queremos salir adelante de una vez por todas, para tener a All Boys en Primera por muchos años más.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
