Le ofrecieron a Araujo que no se fuera a Rosario a jodernos con sus relatos al pedo, pero dijo que no era molestia, que se toma el tren bala y en una hora y media, va y vuelve.
Lo cierto es que el al torneo le quedan cuatro fechas todavía, que el Cuervomóvil no va a pasar el verano por riesgo al embargo y que Correa, por orden del juez, juega cada día mejor. A esta indefinición agreguemos que el Boca de M. Bianchi, Cángele, Lousteau y Maglio viene marchando.
Así que cuando digan que en un partido se define la cosa, habrá que dudar. Este punto sirve, siempre y cuando lo suceda una victoria en casa. Es cierto que se fue a buscar la victoria, que se merecía hasta que, por esas cosas que tienen el fútbol y Ramón Díaz, un cabezazo nos deja abajo y que, con la jerarquía de nuestros pibes, llegó el empate. Pudo ser victoria, pero no se dio. La búsqueda constante a veces paga con tres puntos (como la fecha pasada), a veces con uno (como esta) y a veces con nada (como en Lanús hace dos).
Pasaron estos tres partidos trascendentales (no definitorios). La lógica, por historia y presente, indica que lo que viene debiera ser más accesible. Pero el fútbol de lógico no tiene nada. El Ciclón tiene que seguir jugando con la intensidad que mostró contra Newells y Boca. Llena el alma ver a Villalba corriendo a presionar cada salida rival o cuerpeando a los defensores en cada pelota dividida. Alegra, también, el buen nivel en el que está Kalinski y el rol goleador que muestra Piatti. Por otro lado, preocupa que los dos laterales no puedan jugar el sábado, que se lo notara cansado al Pipi y que en el banco no aparezcan delanteros.
Pero nada más que hacer más que esperar con ansiedad el partido que viene en casa y con la gente acompañando. Que ahí sí, sí que sí, se define todo…
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO
