TIGRE 2 LANÚS 3
A edad temprana, el ser humano aprende a controlar su orina y sus excrementos. Mejor dicho, puede elegir cuándo y dónde orinar con la ayuda de sus funciones cerebrales. Por lo tanto, si un adolescente se zarpa una docena de empanadas de carne picante en el cumpleaños de su cuñada y le viene una urgencia caliente desde las entrañas, sabiamente es capaz de detener el llamado de su cuerpo hasta encontrar un baño y defecar como un hombre civilizado.
El control de esfínteres es también muy importante cuando uno se enfrenta a situaciones complejas. Por sobre todo, en aquellas que no puede manejar por sí solo sino que dependen de terceros. Un buen ejemplo es el de los mellizos de Lanús, que terminaron con el upite bien fruncido para evitar que el miedo les genere una fatalidad marrón en los pantalones, luego de ir ganando por una diferencia de 3 goles.
Por lo menos así lo vemos nosotros.