Como ateo apostólico Romano debo admitir que no creo en iglesias, monjas, papas, sacerdotes degenerados, budas, ni en Dioses. Aunque hay ciertas situaciones en la vida que a uno lo hacen dudar con la existencia de un ser todopoderoso que aparece a cuenta gotas y con un porcentaje muy pequeño del universo.
Este análisis deja de lado a tipos como Messi,
Will Smith, Arnaldo André, Federer, Fangio, Bill Gates y el mago sin dientes. A
esta gente, ese supuesto Dios no les dio un toque de suerte, sino que los creo
como prototipos de la perfección humana.
Este análisis tiene como protagonista a tipos
que no se destacan por una habilidad puntual o por una técnica excelente, sino
que se destacan por respirar optimismo, por no creer en las adversidades ni en
la “mala suerte”, sino por creer que en la próxima va a salir y por sobre todas
las cosas por estar en el lugar justo, en el momento adecuado.
O Ustedes creen que es casualidad que tras un
pelotazo frontal, la pelota le caiga en los pies a Sebastián Washington Abreu y
tras una seria de rebotes y una definición poco ortodoxa, este loco lindo se
encargue de poner un poco de justicia en el marcador (central mereció ganar) y
de hacer callar a los hinchas de ese equipito que jugo de contragolpe siendo
local e incluso a principios del segundo tiempo sacó un punta para poner un
volante defensivo.
También creen que el tiro de Abreu entro
porque se cruzó Zarate o porque Tripodi está más lento que Porcel Jr, ¡NO! El
tiro del loco entró porque este tipo nació para esto, nació para aprovechar las
situaciones que se le presentan y dejar siempre su huella.
Estoy bastante convencido de que Dios no
existe, pero de lo que si estoy seguro es que si hay un Dios, este no se
encarga de hacer cesar las guerras, ni de que se elimine el hambre y la pobreza
del mundo; este se encarga de que tipos como Abreu, Palermo, Polino, Julio
Montaner (?) y tantos otros le den alegría a un puñado de gente.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CANALLA