No empatamos contra el país europeo ni me equivoqué a la hora de elegir el título. El partido que igualamos el sábado no fue contra Independiente, sino contra el jugador que lleva la 10 del equipo con camiseta roja. ¿Por qué digo esto? Porque tuvimos todo para ganarle al Rey de Copas en el Kempes. Y aunque ellos tuvieron más tiempo la pelota, nosotros la administramos mejor y tuvimos mayor cantidad de chances para convertir, especialmente de pelota parada y de contra. No ganamos por obra y gracia del Rolfi Montenegro, señores.

El partido comenzó muy favorable para nosotros, ya que a los 4 minutos Fredrich ejecutó un tiro libre en forma de centro bajo que termino dentro del arco de Rodríguez. Independiente se hizo amo y señor de la pelota, la manejaba por todo el ancho del capo de juego, pero le fue muy difícil entrar al área de Santillo. Talleres se replegaba, salía rápidamente de contra y la jugada terminaba en un foul ofensivo o en una situación clara de gol. Klusener marró las dos oportunidades de aumentar el marcador que tuvimos y, como se dice, los goles que no se hacen en un arco, se hacen en el otro: Montenegro tuvo espacios y clavo un bombazo terrible.

Apenas iniciado el complemento, otra vez el Rolfi metió un zapatazo terrible tras un centro y puso la ventaja para el Rojo. Dos goles psicológicos como lo son al final y al principio de cada tiempo, que atentan contra el rendimiento de los jugadores. Nosotros fuimos y fuimos, Cacho movió las piezas y el empate llegó del botín de Sánchez Sotelo, quien peco de egoísta en la última jugada de la noche que nos podía haber dado los 3 puntos.

En líneas generales, creo que si tenía que haber un ganador, éramos nosotros, por el solo hecho de haber tenido más chances claras de gol. Pero, como sabrán, los goles no se merecen. Hay que hacer memoria para ver cuando fue que tuvimos tantas oportunidades de marcar, ante una defensa que era una invitación al gol. Pero apareció el Rolfi y nos amargó, como Bochini en el 78. El equipo no lo ayudó mucho, tanto así que los 4 disparos del Rojo fueron de él, y con 2 sablazos casi gana el partido. Error nuestro por dejarle tanto espacio para su pegada envidiable. A pesar de esto, si miramos el vaso medio lleno, podríamos decir que le jugamos de igual a igual al candidato y a un grande como lo es Independiente. Me quedo tranquilo, al igual que la mayoría de los hinchas, por la actitud del equipo, que al estar en desventaja, fue al frente y lo puso al rival contra las cuerdas.

Lamentablemente no pudimos hacer valer el punto sumado en Caballito, pero lo importante es sumar. Creo que se puede rescatar más cosas positivas que negativas de este partido, como la ya mencionada actitud del equipo o que se va encontrando un funcionamiento en el mismo. El 11 de memoria de a poco va queriendo salir y estamos haciendo pie en la categoría, la cual habíamos arrancado mal. Sin embargo, tenemos una parada muy difícil el próximo lunes a las 20.30 (TV Pública) cuando visitemos en Florencio Varela al puntero Defensa y Justicia. Si hubiéramos conseguido los 3 puntos el sábado, seguramente iríamos con más tranquilidad. Pero al no ganar hace 2 encuentros, que mejor que ir a buscar la victoria en la casa del puntero. Klusener y Sánchez Sotelo están fabricando una gomera para bajar al Halcón…