Muchos dijeron que el primer tiempo contra Patronato, Banfield no jugó bien. Sin embargo, desde otra óptica, me parece que Banfield en el primer tiempo desgasta al rival y lo define en el segundo tiempo.
Lo lindo del partido es que volvió un tal Roberto Brum. El público estaba esperando desde hace tiempo la vuelta de este muchacho, para poder putearlo un largo rato. Leí por ahí —En Clarín bah— que la gente lo insultaba porque le achacaba el descenso de Banfield. Cosa que no es cierta, ya que Brum al momento de descender estaba lesionado y mal que mal, era uno de los pocos que ponía huevo en ese plantel conducido por Eduardo ACVdo. Los culpables de ese descenso,está más que claro, fueron los antiguos dirigentes con sus manejos y enormes errores (cagadas y negociados). Es más, Brum en su momento la tribuneo “metiéndose en el bolsillo” a la gente. Todos los banfileños recordaran esos dos pésimos últimos torneos, en primera. Había una camarilla de la san puta. El uruguayo, lesionado en aquel entonces —fractura de peroné—, salió a hablar sobre las supuestas camarillas, que si él hubiese sabido que alguno iba para atrás, lo hubiese cagado a trompadas. Palabras tribuneras que en un mal momento, se compró y se le guardo cierto respeto al oriundo de Montevideo.
Lo cierto es que después, ya recuperado, fue titular en el Nacional B. O sea, tuvo su chance y dio asco, repugnancia, aversión, nauseas, etc. Físicamente estaba peor que Stephen Hawking sin la silla de ruedas computarizada. Partido tras partido era ver una orca encallada en el medio del Florencio Sola o a uno de esos osos de circo que va en un autito, dando vueltas, no haciendo nada. Leiva —otro que estaba a milenios luz del estado físico ideal— a su lado era Usain Bolt.
Lo único que hacia Brum era vender humo y cagar a pedos al resto del equipo. Se paraba en el medio de la cancha y a los gritos, mediante gestos “ordenaba” al equipo ¡Un día llego hasta a ordenar a los jugadores rivales! Insólito. La cuestión era que este lastre tenía un contrato portelista hasta el 2015, en el cual cobraba una fortuna. Y encima Brum, mandó una carta documento al club. Esa carta documento, fue lo único que mando Brum y llego a destino en Banfield, porque de sus pases, nunca llegó uno a destino. Lo mejor que hizo esta dirigencia en materia futbolística, no fue traer a Domingo, ni a Cazares, tampoco a Salcedo. Sino pegarle un terrible voleo en el orto a Brum. “Devolvele el look a Fabbiani, Brum”, fue algo que le dijeron desde la Mouriño. “Vengate del caño de Domingo y mandale una carta documento, puto” fue algo proferido al momento de que el cinco de Banfield actual, Nicolás Domingo, le tirase un caño espectacular frente a la Eliseo Mouriño.
Otro que volvió a pisar el verde césped del Sola (como diría Apo) fue el Mariscal de Capiatá, José Ricardo Devaca Sánchez. Viejo lobo de mar, integrante del plantel campeón del 2009, ingresó en dos partidos de aquel Apertura, si la memoria no me falla. Se había lesionado feo allá por el 2010, se esfumó de todos lados y un buen día nos enteramos que estaba jugando en Rubio Ñu, luego pasó a Deportivo Capiatá y volvió este torneo por pedido expreso de algunos ex compañeros. Se ve que es un muy buen tipo y bastante querido. Entro a los 33 del segundo tiempo por Ricardo Noir cuando el resultado estaba sellado. Ni bien se terminó el encuentro, Devaca se largó a llorar completamente emocionado, luego de abrazarse con algunos compañeros, un claro ejemplo de que con poco uno lo banca mucho. Ro haihu, José. Y vos Brum, nderebíkuá.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TALADRO - @Yuainjaim