Después de tantos
trompazos seguidos, otro partido picante, perdible digamos, de los que no está
bueno que toquen cuando estás de mala racha. Vivas se jugaba tal vez su última
ficha en Córdoba ante un Belgrano de gran momento, y lo hacía con un esquema
que desde el vamos parecía una locura. Un planteo raro, poco entendible, con
varios jugadores de la reserva entre los titulares: Alegre, Pérez Godoy,
Morales, Hipperdinger; y Caneo parado de 9 con una idea que no convencía.
Afortunadamente le salió bien la jugada.
No sé si se jugó bien
en general, pero por momentos se fue inteligente y se recuperó algo de las
ganas que se estaban perdiendo, y creo que tuvo
mucho que ver principalmente con dos cosas. Una fue la fuerza y garra que
pusieron los chicos no tan chicos de las inferiores, que sea por sentimiento de
pertenencia o simplemente por querer aprovechar sus chances, se matan en cada
pelota que tienen que disputar y encima con criterio. La otra fue que Caneo
tuvo uno de esos días en los que está intratable. Se suponía que iba a ser
centrodelantero pero lo cierto es que nos comimos todos el amague. El tipo hizo
lo que quiso, se movió por donde tuvo ganas, suelto y manejando a su gusto. Qué diferencia hay cuando Miguel está en su salsa, cuando es ese que
ilusiona. Los volvió locos, se hizo fajar de lo lindo y escondió la pelotita
como debe. Quisiera ver más seguido a ese 10 que tanto precisamos, porque
cuando aparece, hay muy pocos cerca de su nivel.
De esa combinación llegó el único gol del encuentro.
Centro de Caneo y anticipo excelente de Alegre, defensor él pero que resolvió
como todo un goleador bajando la pelota, haciéndola picar, confundiendo al
arquero que pasó de largo y definiendo con el arco solo. Qué desahogo y cuántas
ilusiones renovadas.
Lógicamente y como era de esperarse, el
partido se hizo eterno. Aunque en el segundo tiempo hubo algunos momentos para
aumentar, tuvimos poco la pelota y el correr de los minutos nos fue relegando
por la necesidad de cuidar una costosa victoria, y de a poquito terminamos en
nuestro arco. Valió la pena el esfuerzo. Aire para Quilmes, crédito para el DT,
regalo para la gente y un finde largo de lujo. Cuando estábamos en emergencia
total, pudimos sonreír utilizando nuestra reserva de alegría.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO –
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