Está claro que el marco invitaba a repetir lo de la fecha anterior. Pero conforme pasaban los minutos y el arco no se abría, empecé a sentir ese temor a terminar con una derrota. Tan jugado estaba el equipo en atacar que parecía que Torrico se iba a mandar a buscar los corners en los últimos minutos. Por eso digo que fue una búsqueda por momentos desesperada. No queda duda que es la impronta protagonista que tiene el equipo ahora. La aplaudo, la banco y la disfruto, y me sirve de consuelo en partidos como este.
Pero como acá no me pagan con entradas para el River-Boca en la tribuna Centenario, que revendo en Mercado Libre sólo para hacer un recuento superficial de la fecha, puntualizaré dos cosas que involucran a ambos extremos del equipo. A Torrico hace seis partidos que no le hacen un gol. Y queda claro que no es porque el equipo se plante atrás. Ya dijimos que todo lo contrario. El sábado tuvo una atajada salva-partido. Me deja tranquilo su presente y maldigo la decisión de no ponerlo de entrada el campeonato y en la Copa Sudamericana. Lo segundo es la falta de contundencia que manifiesta el equipo sin Cauteruccio. Venimos de ganar 3-0, me dirán con razón. Pero me refiero a la falta de contundencia para abrir los partidos. Si eso pasa, después el equipo se asienta, el rival se ve obligado a salir y ahí lo liquidamos. Pero cuesta esa apertura del marcador y falta esa contundencia que teníamos con el 9.
Ahora es tiempo de pensar en Arsenal y en otro combo Torneo-Copa contra el mismo rival. Importantísimos ambos partidos. El primero para seguir en la pelea y bajar a un rival directo, y el segundo nada más y nada menos que para gritar Campeón y sacar pasaje a la Copa. Casi nada.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO
