GIMNASIA LP 2 OLIMPO 2
Hace tiempo era tu amigo pero ahora en la escuela te boludea demasiado. A la salida se encuentran cerca de tu casa, en una esquina frente a la mirada de una vieja que barre la vereda y algunos compañeros curiosos. Tiran las mochilas, se arremangan, se miden, y le ponés una linda trompada. El flaco pone los ojos llorosos y muerde los dientes con rabia. Pensás que ya está, que el duelo está terminado, sin embargo él toma carrera y te pone una piña en el mentón, y enseguida un rodillazo en el muslo. Se aleja un poco con una sonrisa socarrona, disfrutando el momento. No sabe que vos tenés guardado un mamonazo para él en medio del tabique. El flaco se tira para atrás, se sostiene la nariz por un momento, y comprueba que le sale chocolate. De golpe aparece un pibe de quinto año y dice que ya está, que basta, que vos y Olimpo ya intercambiaron 2 golpes, que no ganó ninguno, que no perdió ninguno. Y cada uno a su casa, sin pena ni gloria.
Hace tiempo era tu amigo pero ahora en la escuela te boludea demasiado. A la salida se encuentran cerca de tu casa, en una esquina frente a la mirada de una vieja que barre la vereda y algunos compañeros curiosos. Tiran las mochilas, se arremangan, se miden, y le ponés una linda trompada. El flaco pone los ojos llorosos y muerde los dientes con rabia. Pensás que ya está, que el duelo está terminado, sin embargo él toma carrera y te pone una piña en el mentón, y enseguida un rodillazo en el muslo. Se aleja un poco con una sonrisa socarrona, disfrutando el momento. No sabe que vos tenés guardado un mamonazo para él en medio del tabique. El flaco se tira para atrás, se sostiene la nariz por un momento, y comprueba que le sale chocolate. De golpe aparece un pibe de quinto año y dice que ya está, que basta, que vos y Olimpo ya intercambiaron 2 golpes, que no ganó ninguno, que no perdió ninguno. Y cada uno a su casa, sin pena ni gloria.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
