El quince de abril repleto de almas tatengues, como si estuviéramos peleando un campeonato. O como si vendríamos de una racha positiva prolongada. Es decir, pasión sobre realidad. Enfrente, o de visita, el amarrete equipo verde (uno de los verdes en realidad) que sin hacer ningún merecimiento, no solo ganaba, sino que lo hacia gracias a un zapallazo (lindo, a decir verdad), y encima con dos pepas a favor. Creo que desde el inicial, frente a los silbadores, no levantábamos un 2 a cero en contra en casa. Quizás algún lector más memorioso me saque del error.
Pero cuando vi, y tuve que reveer la jugada, que el Coto la amanso a la carrera y la coloco en el palo del arquero, casi como lo debió haber soñado Salinas mas una vez… les juro que en ese preciso momento en el que los ojos transmitían esa belleza, supe que lo ganábamos. Así como sé que somos Santa Fe, así como sé que fielmente alentamos mas allá de las circunstancias, supe que se podía.
Y cuando Brian sacudió ese zapallazo hermoso (desde el banco… otra vez) solo restaba que lo deseable se haga realidad.
Y como tantas veces lo sueña uno como hincha, que lindo que en tiempo de descuento se haga justicia. En el marcador, en la cancha, en las tribunas, y en los corazones. Así me gusta Tate querido. A pura garra. Corazón en las tribunas y corazón en el verde césped. Estado uniónico perfecto. ¿O alguien lo puede negar?
El viernes, otra cita. El viernes boguemos porque se repita esta historia. La más bella de todas. La de la comunión de corazones. Esa donde se ve a los jugadores cantando como un hincha más, como parte del pueblo rojiblanco.
Otros, que los hay, aunque pocos, se dedican a maldecir, así transiten una miniracha de 3, 4 partidos. Pero ya estamos acostumbrados. Yo y otros miles disfrutamos este estado uniónico que no solo es de la boca para afuera, sino que se traduce en hechos concretos que se demuestran en el crecimiento de la institución.
Y es nuestro. De todos. De la única manera que tiene que ser. Sabemos que el año próximo, nuevos corazones tatengues alentaras desde el estadio de la gente, que hace la gente, al equipo de la gente, que vibra en consonancia con nuestros corazones.
Los demás, poquillos, ya no la cuentan tanto como quieran. La verdad supera a todo cuento. Como tiene que ser.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE -.
