Quinta derrota consecutiva y profunda tristeza nos inunda el corazón. Todo lo que puedo decir del partido es lo mismo que vas a leer en las crónicas que realizan los periodistas de los distintos medios partidarios y nacionales. Huracán tiene una falta de juego y de compromiso alarmante, mucho pelotazo, poco juego asociado, errores y faltas sin sentido, bajo nivel individual, poca puntería y casi ninguna idea eficaz que logre hacer daño a los rivales.
Ahora recuerdo los partidos con Independiente, Instituto y este último, seguramente hubo otro más, siempre hay más. En estos tres partidos, Huracán revivió a verdaderos muertos, a equipos que venían con rachas, tan espantosas como las que sufre hoy Huracán, y se los dejamos ganar.

No tengo una solución a lo que está pasando, ni siquiera un consejo. Lo que si tengo es una profunda decepción y una terrible angustia.

En twitter están diciendo quienes manejan habitualmente la información del club que el Turco presentó la renuncia. Esto lejos de generar alegría, profundiza la crisis deportiva e institucional, dinamita en el centro del corazón quemero y la ilusión de todos los que vimos dejar a Antonio todo por volver y hoy se tiene que ir (si se confirma), por la puerta chica, de la peor manera, luego de que el viernes los dirigentes le hayan brindado un asado en “apoyo”, que evidentemente, no sirvió de nada.

No me salen las palabras, me cuesta creer que todo esto puede mejorar. ¿Quién va a venir? ¿Cómo va a levantar a este plantel? ¿Qué van a hacer los dirigentes? ¿Cuál es el proyecto deportivo para volver a primera ahora que el Turco no está? ¿Quiénes son los responsables? ¿Quiénes se van a hacer cargo? ¿Hasta cuándo vamos vivir penando, teniendo todo para salir adelante?

Huracán es un equipo muy grande, con muchísima historia, con grandes predios, con una multitud que sufre y ama por esos colores, pero que evidentemente no ha sabido elegir a los conductores deportivos e institucionales (con pequeñas vacaciones deportivas como las del 2009), que nos han posicionado en un lugar oscuro y doloroso.

Esta situación ya me tiene completamente entristecido, pero voy a defender la dignidad de Huracán a como de lugar. Somos muy grandes como para perder nuestra historia y nuestra grandeza por unos cuantos malos dirigentes y otros tantos perros futbolistas. Este centenario amor se va a levantar, no sé cómo, ni cuando, pero se va a levantar y todos los que se alegran con nuestro presente, verán pulverizados sus deseos infames.