VELEZ 1 OLIMPO 2
Es la sexta salida a la casa de tus suegros y el sudor frío es la muestra certera de que el retortijón vino para quedarse. Además, estás acostumbrado a clavar un pinito después de cada almuerzo, y los ravioles con tuco fueron un plato suculento. Las anteriores veces preferiste irte con el intestino contraído, porque sabés que cuando vas al baño, el olor derrite los azulejos. Pero esta vez, la fuerza viene desde adentro y el alud no tiene contemplaciones. Pedís permiso, hacés una caminata vergonzosa hasta el baño y enseguida despresurizás la cabina de tu cuerpo. Sentado sobre el inodoro, sonreís satisfecho y orgulloso, y ya no te importa si los ruidos traspasaron las paredes de papel o si el aroma fétido va a espantar a la familia de tu novia. Estás contento, Olimpo. Por primera vez en el torneo, dejaste tu huella de visitante.
Por lo menos así lo vemos nosotros.