En poco menos de cinco días y en tierras cuyanas, All Boys recibió dos golpes durísimos: primero, en la Copa ante Arsenal, y después, en la derrota frente al equipo de Palermo.
Cuando todavía nos dolía la polémica eliminación en la Copa Argentina frente al equipo de los Grondona, con el influyente arbitraje de Ceballos y con la clasificación a la final con San Lorenzo a pocos metros -del travesaño- en los pies de Cámpora, el Albo debió visitar a Godoy Cruz, para disputar un partido clave (léase “chivo”), con el claro objetivo de ganar y despegarse de una vez por todas del fondo de la tabla de los promedios. Pero otra vez las cosas no salieron como se esperaba, y una nueva decepción se apoderó de los corazones de los hinchas de All Boys.
Sin Mauro Matos desgarrado, reemplazado por Calleri, ni el chileno Espinoza suspendido -le dieron 2 fechas- y con la inclusión del juvenil Julián Fernández como doble cinco, Falcioni armó (otra vez, y van...) un equipo con el esquema que más le gusta: 4-4-2. Y ahí me quiero detener, para decir que a mi criterio, el gran problema pasa por el sector de los volantes.
No voy a ser necio y negar la categoría y el juego de Exequiel Benavídez, pero tampoco puedo dejar de decir que es un jugador demasiado “lagunero”, y cada vez que desaparece –y últimamente lo hace bastante seguido-, All Boys es superado por los rivales y sufre mucho más de lo que disfruta. ¿Por qué nunca sale del once inicial? Otro jugador que nunca demostró muchas ganas de vestir la camiseta blanca y negra es Nicolás Colazo, entonces... ¿Por qué siempre es titular? Algunos lo llamarán caprichos, otros, códigos; lo cierto es que All Boys no encuentra el rumbo y de a poco, el agua va llegándonos al cuello.
Como se esperaba, muchos rumores acerca de la renuncia de Falcioni invadieron Mendoza, y fueron desmentidos terminantemente por el presidente Bugallo, que dijo que apoya mil por mil a este cuerpo técnico. Cuerpo técnico que, hasta el momento, sólo obtuvo 10 puntos sobre 30 en juego. Muy poco para un equipo que necesita sumar para salir de terapia intensiva, y que el sábado recibirá, en Floresta, a un Colón con DT interino y que viene de cinco derrotas consecutivas. No hay más excusas ni tiempo, cueste lo que cueste, esa tarde tenemos que ganar…
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO