NOVEDADES

10 septiembre 2013

UNA HERRADURA EN LA TRANQUERA


10 septiembre 2013

No. No fue aquadance. Ni snowboard o holiday on water.  En realidad, fue puro vértigo argento sobre charcos. Caos. Un tifón de huesos duros de roer. No apto para vestigios de osteoporosis. Con una cancha más larga y ancha de lo habitual porque, haciendo patito, los jugadores se estrellaban contra carteles, cámaras, jueces de líneas, alcanza pelotas, técnicos… lo que fuere. Y así, sumergido en un mar de voluntades desconocidas, el primer tiempo sucedió en un parpadeo; como traicionera ola que nos deja culo pa’ arriba con un agua viva en las mismísimas narices.

¿Cómo analizar a este poseído míster Hyde? ¿Cómo argumentar el misterioso cambio de carácter? No hay arenga que valga. Quizás cierto coctel de efedrina y testosterona más un descargo de toda la mierda sobre el infaltable chivo expiatorio; en el fusible de costumbre. A rey muerto, rey puesto. Es verdad, hubo cambios; algo que veníamos implorando y que se dio un poco por azar y otro por decisión del pelado Ischia: No jugaron Corvamal ni el Pillo ¿Tanto había que pensar y perder para darse cuenta de que el equipo mejoraría ostensiblemente sin ambos dos? ¡Qué lo parió! Otra variante interesante fue la de Ibáñez como carrilero y la consolidación de De Paul en su verdadero puesto. Pero nada justifica tal radical cambio de actitud.

Y, como era de esperarse, en un ambiente poco propicio tanto despilfarro taló las piernas y se apagó la luz. Literal. Porque si algo faltaba al exceso de agua fue la escasez de energía. Tuve cierto deja vu. Todos lo tuvimos y volvimos a cantar… quizá también para drenar y negar nuestro presente. No obstante, la gota horadó la piedra y los viettos de cambios inflaron las velas con un resbaladizo gol de pinball.  Luego, más caos. Un desbarajuste que volvió a mostrar la hilacha deste desconcertante equipo que se ahoga en su propio vaso de agua: Armaron un absurdo paso de comedia que no terminó en gol por casualidad y no expulsaron a un irascible chino Saja gracias a la decencia del yorugua Silva, quien lo separó del tumulto.  
Asimismo, este desborde ilógico (Cahais simuló y Villar continuó la jugada) nos condenó. Afuera Ortiz, hueco sin cubrir, otro típico gol imbécil producto de conductas borderline, de inoportunas siestas o dar por concluidos los partidos antes de tiempo. He aquí un error del flamante técnico que deberá cargar las tintas en estos males que nos aquejan desde décadas ¿Pido demasiado?

Me fui del cilindro, mal. Mal pero acostumbrado. Podemos citar sapos y culebras, pintar gatos pardos de negro, protestar por arbitrajes arbitrarios (vaya si los hay), pero a la suerte hay que ayudarla. Y si hay que incrustar una herradura en la tranquera pa’ que no entre el chiflete… y dale. Hay que empezar a sumar de a tres, porque si nos agarra otra tormenta vamos a hacer agua.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
Share This :
 

Top