Hay jugadores perdidos en la cancha, otros que parecen amateurs, otros que a su vez no encuentran su nivel; así van pasando las fechas, con escasa cosecha de puntos. Para colmo de males, las numerosas incorporaciones están más en el debe que en el haber.
El sábado a la tarde en La Paternal se vio un partido muy malo. Tan malo, que debían haber perdido los dos, pero como eso es imposible, al menos debieron repartirse puntos. Además de los errores propios -que no son pocos– hubo un actor fundamental que cambió el rumbo del partido. Me refiero al pésimo árbitro Andrés Merlos, que no vio un penal de esos groseros, guarangos, tan obvios, que llamó poderosamente la atención su “siga siga” cuando Migliore le metió un planchazo ahí abajo – donde duele muchísimo – a Gagliardi, en una jugada que solo él y su asistente Viola no vieron, cuando el partido estaba 0 a 0. Era, además del penal, la expulsión del arquero que terminaría siendo la figura del encuentro. Encima, llegó el gol de Argentinos en una jugada con desatenciones defensivas infantiles. Es verdad que además de lo mal que jugamos, no ligamos nada.
Falcioni tiene mucho que trabajar para salir adelante y seguir sumando para cumplir con “el” objetivo que es acumular puntos para alejarse de la zona de descenso. Eso va a hacer que otras cosas vengan solas, pero no podés pretender dar un salto de calidad, ingresar a una copa o pelear más arriba un torneo sin sumar puntos. No hay que correrse del eje, porque si no la vamos a pasar muy mal. All Boys tiene material para logros importantes, siempre y cuando se respeten las prioridades.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
