Antes que nada quiero
dejar en claro un concepto antes de comenzar la nota.
Costumbre: Hábito o
Tendencia adquirido por la práctica frecuente de un acto.
En la vida solemos
desenvolvernos según las costumbres que adquirimos, ya sea acostumbrarse a
hacer el mismo recorrido para ir a trabajar, a comprar en un determinado
supermercado o almacen o haciendo un asado todos los viernes con amigos. Más
allá de eso, la peor costumbre que puede adquirir un ser humano y mucho peor un
conjunto de seres humanos, en este caso un equipo de fútbol es acostumbrarse a
perder, a caer derrotados.
La sensación que dejó
central tras el partido del sábado es que está cayendo en el peor de los males
que puede sufrir un equipo: acostumbrarse a perder.
Pasados los primeros 45 minutos el equipo no
transmitía nada, ni tranquilidad, ni desesperación, ni convicción, absolutamente
nada. Parecían 11 tipos deambulando por la cancha, la sensación que se sentia
era que la derrota estaba a la vuelta de la esquina, que ante cualquier error
sumado a una pequeña cuota de optimismo del rival, el gol en contra iba a
llegar. Y así fue, contragolpe de tigre, central retrocede mal, 1 a 0 abajo y a
llorarle a Gardel.
Este equipo necesita
un cambio urgente, no hablo de actitud, de estructura, de DT, ni de nombres
(sacando a Ballini), hablo de un cambio en la cabeza, de empezar a confiar en
que hay material para revertir la situación.
Espero que este equipo
haga el mismo click que hizo el año pasado y se encargue de taparle la boca a
todos los resultadistas que después del partido con Quilmes decían que
estábamos para campeones y hoy lo único que hacen es pedir al que esta afuera y
la cabeza de Russo. Este es un momento
crucial, acá es donde tiene que verse la capacidad de todos los que en mayor o
menor medida formamos parte de Central para poder revertir esta situación.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CANALLA
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CANALLA
