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12 septiembre 2013

PEKERMAN HABLA CON DIOS


12 septiembre 2013

Dios: ¡Carajo! Por qué habré puesto el ringtone de Tan Biónica... justo que empezaba la siesta... ¡Hola!

Pekerman: ¿Es usted, padre?

Dios: Sí, tengo un pibe. Es un pan mío, un tipazo. ¿Por qué preguntás? ¿Sos del INDEC? ¿Me van a sacar la asignación por hijo?

Pekerman: No, Señor. ¿Hablo con Dios?

Dios: Sí. Igual podés rezar, es más práctico y no gastás teléfono.

Pekerman: Está bien, pero si no le molesta yo quisiera explicarle mi situación. Resulta que yo trabajaba con chicos...

Dios: ¡Grassi! ¡Otra vez vos! Ya te dije que no quiero líos. Que te juzguen allá.

Pekerman: No, Señor, yo soy director técnico.

Dios: ¿Cómo andás, Bambino? Decime que no hiciste ninguna nueva. Te estabas reivindicando...

Pekerman: No, Señor. Yo soy Pekerman.

Dios: Pekerman... Pekerman... Tu apellido me suena, sí... ¿No estabas en un sketch de TV, vos? ¿Quién te dio mi número?

Pekerman: Lo encontré en AFA, estaba en el locker de Maradona.

Dios: Uy, Diego, sí. Lo quiero como un hijo, siempre que puedo le doy una mano. ¿Y vos quién eras?

Pekerman: José Pekerman.

Dios: Me suena, Pekerman. ¿Seguro no eras de la tele? Ah, no... en el excel me dice que sos tachero. Ah, y director técnico, sí. Epa, qué carrera metiste. ¡Quién diría! Con esa cara...

Pekerman: ¿Qué tiene mi cara?

Dios: Nada, nada. Pero es más de tachero que de entrenador. Y más de empleado bancario que de tachero.

Pekerman: ¿De veras es usted Dios? Me lo imaginaba diferente...

Dios: Bueno, si querés prendo el eco y me dejo crecer la barba. Te querría ver haciendo este laburo.

Pekerman: Es cierto, debe ser complicado. ¿Le cuento por qué lo llamo?

Dios: No hace falta, José. De verdad, no hace falta.

Pekerman: ¿En serio?

Dios: De verdad, sí. Por fin alguien llama para agradecer.

Pekerman: Bueno, agradecerle, sí. Creo que también usted premió a un grupo de trabajo que bregó por la formación de los jóvenes en los valores democráticos, en la solidaridad y en el juego limpio. Por eso ganamos tantas veces el premio Fair Play.

Dios: Yo cada tanto saco algún premio en la Play, con Pedro jugamos bastante. ¿Cómo te llamabas?

Pekerman: Pekerman.

Dios: Ah sí, ¿Vos eras de la tele, no? ¿Qué eras, un superhéroe?

Pekerman: No, Señor, ya le expliqué.

Dios: Ah, sí, disculpá, pero vengo sin dormir. Te escucho hablar y me torro de nuevo, pero dale. Contame.

Pekerman: Mire, yo dirigía a las juveniles de Argentina.

Dios: Sí, ya me acuerdo. Listo. No te puedo ayudar más. Acabo de acordarme que saliste campeón con Biagini y Panchito Guerrero. Listo, ¿qué más querés?

Pekerman: Bueno, pero promoví grandes valores como Riquelme, Aimar, Saviola...

Dios: Pero también metiste a Nico Diez, a Pérez Lindo, Coyette, Irigoytía... ¡Sacaste campeones del mundo a un montón de enanos de jardín!

Pekerman: Se formaron buenos grupos...

Dios: Sí, bueno. En Suecia también formaron buenos grupos: Abba, Europe, Roxette, Ace of Base... Pero eso no depende de nadie.

Pekerman: Yo me refiero a buenos planteles. Hice debutar a Messi en la selección mayor.

Dios: ¡Y no lo pusiste contra Alemania! Preferiste poner al muerto de Cruz. Y mirá que el apellido garpa, pero era más amargo que chupar asfalto vencido.

Pekerman: Bueno, pero aprendí. Ahora soy un técnico más completo.

Dios: Ah sí, ¿te animás con un lavarropas? El mío anda raro cuando centrifuga...

Pekerman: Me refiero a entrenar.

Dios: Ah, pensé que habías cambiado de rubro otra vez. ¿Y para qué me llamás si no es para agradecer que te haya sacado campeón del mundo con Dove en el arco?

Pekerman: Tal vez Usted se refiera a Lux. Ahora estoy dirigiendo en Colombia. Andábamos bien, veníamos a punto de clasificar...

Dios: Y los muchachos se la creyeron.

Pekerman: Bueno, no sé si diría eso, sí noto una merma en los rendimientos y en los resultados. Eso me lleva a inferir que probablemente los chicos estén atravesando un problema motivacional...

Dios: Che, cuando hablás parecés una psicopedagoga, ¿no será eso?

Pekerman: ¿Perdón?

Dios: Y, tu discurso es divino José, pero parece de una maestra jardinera. Al jugador hay que tenerlo cagando.

Pekerman: Eso no es de caballeros.

Dios: Tenelos siempre al galope. A los morochos les pasó con el 5 a 0. Creyeron que eran una máquina, fueron al Mundial y los vacunaron en seco. Ahora pasa lo mismo. Falcao se cree que porque juega en el Mónaco y la levanta con excavadora las cosas son fáciles. O el otro, Teo, que pasa más tiempo a tiroteando cualquier cosa menos el arco. ¡Ponelos a laburar!

Pekerman: ¿Usted dice?

Dios: Pero claro, los jugadores son hijos del rigor. Tenés que ser menos comprensivo. Si no, estos tipos te pasan por arriba. Motivalos en serio.

Pekerman: Yo les hablé de la gloria, de los sueños, de la autosuperación.

Dios: ¿Y de guita?

Pekerman: ¿Perdón?

Dios: De guita, nene. Tarasca, cobre, biyuya. Los jugadores son mercenarios. Ponésela en la mesa y vas a ver cómo se motivan.

Pekerman: ¿Usted me ayudaría con eso?

Dios: Yo estoy fundido. Ayudo a cada uno... y después termino así. Disculpá, pero en ésta no puedo. Podrías llamar a algún narco famoso... o De Narváez.

Pekerman: ¿Le parece?

Dios: Y, viste cómo son los empresarios... Con tal de lavar guita son capaces de ponerla en algo tan triste como un equipo que dirijas vos. Con tu cara, nadie sospecharía...

Pekerman: Es una posibilidad. Lo voy a pensar.

Dios: ¡Claro! Y si no, conseguite un capanga que te mande un café veloz, ya que estás en Colombia.

Pekerman: Eso jamás lo aceptaría. Ante todo, las buenas armas.

Dios: Bueno, entonces seguí convocando a Teófilo.

Pekerman: Usted me propone cosas impropias. Para mí, lo principal es el juego limpio.

Dios: Entonces péguense una ducha antes de entrar a la cancha, no después.

Pekerman: Digo que me gusta ganar pero no a cualquier costo.

Dios: Y claro pero algo de guita tenés que poner. Con tu labia no vas a motivar a nadie.

Pekerman: Podría hacer videos...

Dios: Y sí, la verdad te veo más futuro que como técnico. Podés hacer casamientos, cumpleaños de 15...

Pekerman: Videos motivacionales, pegarles recortes...

Dios: No pasa por ahí, José.

Pekerman: ¿Y por dónde pasa?

Dios: Pasa por tu actitud. Y por tu cara. La voz no te ayuda tampoco.

Pekerman: Entonces, ¿pierdo las esperanzas?

Dios: Y... no, yo que vos las conservaría. De última, ¿seguís teniendo el tacho?

Pekerman: Ojalá me pueda dar una mano, realmente me gustaría ir al Mundial.

Dios: ¡Ya fuiste a un montón! Yo voy a intentar, pero vos prometeme algo.

Pekerman: ¡Lo que sea, sí!

Dios: Si llegás a clasificar, le exigís a Teo que deje de decir que es atleta de Cristo. Y que no diga nunca más que es el goleador de Dios. La verdad es que con mi familia nunca tuvimos peor prensa.

Pekerman: Lo voy a intentar, haré todo lo posible.

Dios: ¿No ves cómo sos? ¡Mentíme! ¡Decíme que sí! ¡Sé más pillo!

Pekerman: Bueno, ¡se lo prometo!

Dios: Ay.... sonás menos convincente que Mangeri diciendo que no la mató.

Pekerman: Bueno, lo voy a practicar.

Dios: Dale, ponele garra. Ahora te dejo porque dan un especial del 78. Ahí Julio Ricardo ya es viejo, ¿podés creer?

Pekerman: ¡Qué bárbaro! Gracias, Señor.

Dios: De nada, José. Andá conmigo.
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