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11 septiembre 2013

BIANCHI, EL OPTIMISTA DEL TIEMPO


11 septiembre 2013

11 DE SEPTIEMBRE DE 2021. Ayer por la tarde, y con diploma de honor, Carlos Bianchi obtuvo el título de Ingeniero Mecánico en la Universidad Tecnológica Nacional. Gracias a los conocimientos cultivados en su etapa académica, el ex entrenador podrá cumplir el objetivo que planificó durante tantos años: viajar en el tiempo para poner en forma a Chicho Serna, al Patrón Bermúdez, al Negro Ibarra y a otras viejas glorias de la institución y luego retroceder hasta el 2013 para mejorar su campaña al frente del Boca Juniors de aquel año.

En su tercer paso por el club, a principios del 2013, las cosas no le salieron como quería. El Virrey dirigió el peor semestre de la historia xeneize, y sumó otra campaña pésima en la segunda parte del año. En la séptima fecha se lesionó el Cata Díaz y el DT se la jugó con una línea de tres en el fondo: Caruzzo - Chiqui Pérez - Burdisso. El equipo terminó décimo noveno y recibió 75 goles.

Pese al mal año, Carlos se mantuvo en el cargo. Sin embargo, las cosas empeoraron: Orión presentó la renuncia y declaró que sentía más seguridad si lo largaban solo en el medio de una selva de África con una cuchara, que en el arco de Boca con esos defensores. Para colmo de males, Riquelme murió de gripe una semana antes de renovar su contrato y Bianchi perdió el apoyo del vestuario. Como sucediera con los criollos en 1810, los futbolistas comenzaron a rebelarse contra el Virrey. Matías Caruzzo fue el cabecilla de la revolución, y la cama de los jugadores fue tan evidente que la auspició Colchones Simmons. Durante ese año y en plena crisis, el programa de Fantino logró marcas de audiencia históricas, y Ruggeri lanzó: “Llegamo a lo cientoséi punto de réiti, Fulbo pa Todo la tené adentro”.

Hacia 2015, y con el promedio acechando, la hinchada perdió la paciencia. La 12 desplegó una bandera de seis kilómetros que rezaba: “CARLOS, GRACIAS POR TODO PERO MEJOR AGARRÁ EL DELOREAN Y TOMATELÁ”, haciendo referencia al parecido del entrenador con Dr. Emmett Brown, científico de la saga “Volver al futuro”.

De inmediato, Bianchi presentó su renuncia ante Fabio Cuggini, sucesor de Angelici, quien había perdido las elecciones tras pintar la Bombonera de rosa. Con mucho tiempo libre, el Virrey se dedicó a lo que mejor le había salido en la última década: dormir la siesta. Pero una calurosa tarde de diciembre de 2017 despertó sobresaltado por la voz de Orlando Barone, flamante conductor de Sportia, que anunciaba que Caruso Lombardi había sumado su sexto título al frente de Boca Juniors. Fue con un contundente 6 a 0 contra el Barcelona de Martino en la final del Mundial de Clubes disputado en Siria, con cinco tantos de Cángele y uno de Messi, en contra.

Carlos Bianchi supo que tenía que hacer algo. Su récord de títulos estaba amenazado por un comerciante de los derivados del fuego, es decir, por un vendehumo. Entonces recordó la bandera que le había colgado la barra brava y no lo dudó: tomó prestado el primer auto de su hijo Mauro, un Fiat 147 azul marino, y comenzó a trabajar para convertirlo en el Delorean. De esa forma podría viajar en el tiempo, como en la famosa película. Solo le faltaba un perro, y Traverso aceptó enseguida.

Para capacitarse, se inscribió en la UTN. En las aulas, planeó cada detalle para volver con gloria al 2013: convenció a Mauricio Serna, Jorge Bermúdez, a la nuca de Guerra, a los ligamentos cruzados de Martín Palermo, y compró Tabcin para las gripes de Riquelme. También convocó a Chipi Barijho, que más tarde intentaría barretear la puerta y robar el estéreo del Delorean.

En el 2020, el proyecto de Carlos recibió un subsidio del Congreso Nacional. Ante una ovación, obtuvo la distinción “Cris Morena” a la creatividad contra el tiempo. Recibió un préstamo de 4 millones de Evitas y una escultura del propio Bianchi bebiendo Gatorade en una botella de champagne, diseñada por el hijo de Julio Ricardo.

Bianchi, muy motivado, estudió día y noche para recibirse y perpetrar de una vez por todas su plan para volver a la gloria. Ayer, luego de recibir el título, se lo pudo ver muy emocionado, cuando a la salida de la facultad recibió los tradicionales huevazos, donde se destacó Giunta, que le arrojó catorce docenas de huevos que se había robado del Mercado Central.

Desde Un Metro Adelantado felicitamos al nuevo Doc, y le deseamos suerte en su intento de volver a los años felices.

ADELANTADO DEL TIEMPO

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