NOVEDADES

03 septiembre 2013

ORGULLOSO DEL EQUIPO


03 septiembre 2013

¡Qué lindo es ver a tu equipo correr los 90 minutos! ¡Qué lindo es ver a 11 tipos con una concentración táctica admirable! ¡Qué lindo es ver cansado al último campeón en su casa, por no poder vapulearte! ¡Qué lindo es cuando sentís que los jugadores honran los valores de tu escuela! ¡Qué lindo es cuando tu entrenador prepara el partido de acuerdo al rival que tiene en frente! ¡Qué lindo es ver ese abrazo de gol como celebración a una planificación exitosa! ¡Qué lindo es ser de Estudiantes, hermano! ¿Qué querés que te diga?

Si gritaste con alma y vida el cabezazo del Chavo, no fue solamente por tratarse de un gol sobre la hora. Más bien fue para descargar todo lo que venías acumulando y que describí anteriormente. Fue un alarido de justicia, por más que nosotros bien sabemos que ése es un concepto que no interesa demasiado cuando de ganar se trata. Fue la bronca contenida por creer que el partido se escapaba después de haber hecho un gran trabajo jugándole de igual a igual al equipo que todos alaban. Fue por eso y mucho más que te quedaste difónico en 30 segundos, que te abrazaste con ese pincha que tenías al lado, que pateaste esa silla que estaba cerca del televisor.

Salí jugando, Newell's, dale. Seguí tentando al destino en todos los tiros, que te hacés previsible, que te volvés vulnerable, que te convertís en frágil para las estrategias de los estudiosos. Salí jugando, Newell's. Salí jugando que robarte una pelota es un orgasmo táctico. Hay que ser conscientes de una cosa: la repetición sistemática de un recurso puede transformar una fortaleza en una debilidad. Un bilardista concibe al buen fútbol, entre otras cosas, como un sistema donde se practican distintas variantes, todas llevadas a la perfección por un trabajo arduo que se realiza en los entrenamientos. No está bien reiterar un movimiento permanentemente, menos si el rival ya te sacó la ficha desde el comienzo del partido.

Estudiantes es un señor equipo. Un señor bastante joven, en realidad. Contra los rosarinos el promedio de edad del once titular fue de 23 años. Un hecho extraordinario y que vale la pena resaltar. Pibes que tienen hambre, que se los ve comprometidos con la causa y que, por sobre todas las cosas, dejan la vida en la cancha. Acompañando a este grupo inexperto están los más grandes: el Chavo, Damonte, la Bruja. Los pilares rectores de la desfachatez juvenil. Los que guían, los que aconsejan, los que ponen el pecho cuando la mano viene torcida. ¿Y en el banco? En el banco hay un señor entrenador, una persona que lentamente se está ganando, a fuerza de humildad y trabajo, el cariño y el respeto de todo el pueblo pincharrata.

¿Y? ¿Qué me decís? ¡Imposible no estar feliz! Si no hay nada más lindo en el fútbol que estar orgulloso de tu equipo.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon
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