Es increíble que, desde que comenzó el torneo, semana a semana tenga que venir a hablar de un equipo distinto. Sí, distinto. Porque San Martín todas las fechas muestra una cara diferente. Mal la defensa (pésima por momentos), el medio campo que no recupera una pelota y la delantera sin peso ni presencia en área. Todo esto se puede resumir de manera muy simple: el equipo no tiene identidad. Poco, muy poco para rescatar. Algunos destellos de Lucas Salas (sí, casualmente el único sanjuanino que tiene algo de lugar) pero poco puede hacer si juega menos de medio tiempo por partido.
Los murmullos empiezan a bajar desde la tribuna y Garnero deberá meter rápidamente mano en el once titular sino la impaciencia del hincha se hará sentir más rápido de lo esperado. En otro orden de cosas, durante la semana llegó el último de los refuerzos adquiridos por el Verdinegro. Michael Covea, juvenil Venezolano, delantero que trae excelentes referencias y que se lo considera una promesa del fútbol de su país. Mucho, muchísimo por trabajar. Lo más importante, que recién empieza el torneo y que queda mucho tiempo para mejorar, la esperanza sigue intacta.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO VERDINEGRO - @martinvillegas2
